Educación pública: clamar en el desierto
La Columna de Carlos Arcaya: «Educación pública: clamar en el desierto»
Alicante
Ya no es que se estropee la calefacción en invierno, que haya que reparar ascensores a lo largo de todo el año y que cuando se acerca el verano sean los padres los que tengan que poner ventiladores para que sus hijos pueden estar dentro del aula sin asarse.
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No estamos hablando de cuestiones puntuales. El AMPA Enric Valor recuerda que el 90 % de los colegios públicos en Alicante tiene más de 35 años. Por tanto, a la vista del tipo de deficiencias -no solo hablamos de problemas de iluminación o desperfectos y sí de mejorar la movilidad y la climatización-, entonces, ya nos referimos a reformas.
Pero el problema vuelve a ser que la educación pública no es una prioridad para nuestras administraciones -algo que quedó meridianamente claro en las negociaciones previas a la huelga general de la pasada semana y en las reacciones tras esa movilización-, así que no queda más remedio que seguir clamando en el desierto.
Alguno pensará que esa es una tarea inútil. Bueno, en esta época hipertecnologizada o sobreconectada nunca se sabe si ese lamento estéril se convertirá en viral. El corredor de fondo siempre se siente solo.