Un estudio internacional en el que participa la UA alerta: la presión turística en las ciudades puede llegar a generar exclusión social

Alicante

Un estudio internacional en el que participa la Universidad de Alicante (UA) junto a otras universidades europeas y un centro de innovación, alerta sobre los impactos negativos de la movilidad en las grandes ciudades y aporta posibles soluciones para minimizar el impacto.

Y es que, según apunta, "cuestiones como la eclosión del alojamiento turístico originan mayor presión sobre aspectos urbanos como los precios de la vivienda o incluso gentrificación o turistificación que podría acabar derivando en procesos de exclusión social".

Más información

• El Ayuntamiento de Alicante no limitará los apartamentos turísticos en la ciudad

En el estudio hay siete ciudades analizadas que son Amsterdam, Barcelona, Jerusalem, Venecia, Lisboa, Liubliana y Turín. Y fueron las elegidas porque habían experimentado desequilibrios sociales en la movilidad turística contemporánea, y ya tienen una "trayectoria de búsqueda de soluciones dentro de la planificación, la regulación y la innovación social en este ámbito".

Josep Antoni Ivars, director del Instituto de Investigaciones Turísticas de la UA (UIT), ha explicado que el proyecto Smartdest, liderado por la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, se marcó como objetivo "desarrollar soluciones innovadoras frente a los conflictos y externalidades negativas generadas por las distintas formas de movilidad en las ciudades, entre las que destaca la turística".

A modo de ejemplo, Ivars ha remarcado que "los nómadas digitales, el alquiler turístico, la presencia masiva de estudiantes y otros tipos de movilidad turística contemporánea afectan al precio de la vivienda y de los locales comerciales". También a la configuración de los barrios y puede acabar con la expulsión de los comercios tradicionales y del vecindario de determinadas zonas.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Asimismo, "la concentración de un número elevado de personas en el centro de la ciudad o la precariedad de los trabajadores que no pueden vivir cerca de donde trabajan, pueden ser algunas de las consecuencias".

Desarrollo de la investigación

Durante tres años, desde enero de 2020 hasta diciembre de 2023, ha informado la Universidad de Alicante (UA), el proyecto desarrolló investigaciones con la participación de las siete ciudades mencionadas, donde se establecieron citylabs "para diagnosticar los desajustes producidos por la movilidad turística e incorporar aquellas soluciones que se habían ido construyendo para paliar sus efectos". El proyecto ha generado, ha añadido, un Kit de Innovación social para facilitar que otras ciudades realicen diagnósticos y tomen medidas para la gestión urbana de los flujos de movilidad. Y es que, los efectos en cada ciudad afectan de manera diferente y ello está vinculado a los niveles de renta, políticas públicas de vivienda o la legislación aplicable, entre otros aspectos.

Ampliar

Conclusiones

El director del instituto alicantino indica que “las políticas turísticas tienen que ser más transversales y coordinarse con las estrategias innovadoras de ciudades inteligentes, sobre todo en cuanto al uso de datos que permitan la toma de decisiones que eviten posibles impactos negativos”.

Anima a “reforzar la presencia del turismo en la agenda de ciudades inteligentes y los programas de innovación, fomentando una mayor colaboración entre los sectores tecnológico y turístico para impulsar soluciones conjuntas”.

Además, el proyecto también apuesta por “redefinir la estrategia de ciudad inteligente adoptando un enfoque de cuádruple hélice que incluya la academia, la industria, el gobierno y la sociedad civil, permitiendo la participación y la introducción de perspectivas sociales en proyectos de innovación tecnológica”.

Josep Antoni Ivars señala que también es conveniente “consolidar un marco de gobernanza participativa que facilite el diálogo y la colaboración entre los diferentes actores del turismo”.

Este marco, según explica, ha de ser “inclusivo en los procesos de participación basados en plataformas y dispositivos digitales, para garantizar que todas las voces sean escuchadas y atendidas”.