150 aniversario de la calle de Guillem de Castro
Nueve años después del derribo de las murallas, un 17 de septiembre de 1874 el Ayuntamiento aprobó rotular parte de la nueva ronda que rodeaba la ciudad con el nombre del dramaturgo valenciano Guillem de Castro
'Callejeando': el 150 aniversario de la calle de Guillem de Castro (23/09/2024)
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València
La conocida calle de Guillem de Castro es la más larga de todas las que forman la ronda interior de la ciudad -la del recorrido de la famosa línea 5 de autobuses-. Discurre desde la calle de San Vicente hasta la plaza del Portal Nou, donde plantan la Falla Na Jordana, y está compuesta por 162 números de policía -frente a los 88 de la calle Colón-. A ella asoman museos y monumentos como El MuVIM, las Torres de Quart, La Beneficència o el IVAM, y esta semana acaba de cumplir 150 años desde que fue rotulada con el nombre del dramaturgo valenciano.
A mediados del siglo XIX, Valencia experimentó un gran crecimiento demográfico que demandaba la expansión de la ciudad más allá del viejo cinturón defensivo. El derribo de las murallas se inició en 1865 y propició la apertura de una amplia vía que circundaba la capital, a partir de la cual se empezaron a proyectar los nuevos ensanches. El primer tramo de la nueva ronda en ser adaptado a los nuevos tiempos fue el comprendido entre la expuerta de San Vicente y el Asilo de San Juan Bautista, o lo que es lo mismo, entre el camino de San Vicente y el de la Pechina, al que el Ayuntamiento acordó denominar como calle de Guillem de Castro un 17 de septiembre de 1874.
Y es curioso porque Guillem de Castro seguramente no era el más ilustre de los dramaturgos valencianos, pero sí el más reconocido en Madrid, ya que escribió su obra en castellano y triunfó en la corte con una obra inspirada en el Cid, personaje que los románticos españoles del siglo XIX se encargaron de mitificar. Todo ello ayudó para que, en aquellos años de la Restauración Borbónica, el nombre del escritor valenciano fuese elegido para denominar una de las nuevas avenidas de la urbe.
Guillem de Castro Bellvís nació en València en 1569 en el seno de una familia de la alta aristocracia valenciana, aunque fue un heredero sin fortuna. Con apenas 23 años ingresó en la Academia de los Nocturnos, un club literario privado creado por Bernat Català de Valeriola, donde toma el seudónimo de secreto y entra en contacto con los grandes literatos valencianos del momento como Virués, Rey de Artieda o Gaspar Aguilar, incluso con el mismo Lope de Vega, durante los años que el Fénix de los Ingenios residió en la capital del Turia.
Es en ese momento, a finales del siglo XVI, cuando se inicia en el cultivo de las letras y también el de las armas, siendo nombrado Capitán de Caballería de las Costas del Reino de Valencia. Tuvo una vida azarosa, vivió en Nápoles y Sicilia, participó en la expulsión de los moriscos de 1609 y acabó instalándose en Madrid en busca de un mecenazgo señorial que le ayudase a hacerse un nombre en la escena teatral de la corte. Publicó sus obras -se conservan alrededor de 35 obras dramáticas- entre València y Madrid, y consiguió triunfar en la capital con dramas como Las Mocedades del Cid, su obra cumbre. Prácticamente en la pobreza, murió en Madrid, en 1631, a los 62 años de edad.
Su ciudad natal le dedicó esta gran avenida en 1874 y posteriormente le rindió homenaje con motivo del III centenario de su muerte, en 1831, colocando una lápida conmemorativa, labrada por el escultor Carmelo Vicent, que en la actualidad se encuentra en el número 1 de dicha calle.
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