Las riadas en Valencia tienen ya precedentes desde la Época Medieval

Gandia

A pesar de que en cuanto a pérdidas humanas distan mucho, la DANA que devastaba l’Horta Sud de València la semana pasada, recuerda a distintos episodios de riadas y aguas torrenciales en nuestro territorio.

Ya desde la Época Medieval se registran documentos que acreditan episodios de aguas desbordadas, y sus devastadoras consecuencias. Tal como Frederic Aparisi ha explicado a la sección #Gandia770anys del programa Hoy por Hoy, a raíz de una Dana en el otoño de 1422, se escribió: “per esguart de les moltes aygues e reïnes que son stades En les parts de dit riu (Serpis), lo açut dessús dit – d’en Carròs – sia stat destruït e tant que la céquia no havia lo descorriment d’aygües acostumat de haver”.

Pero, ¿eran igual de mortales las riadas en la Época Medieval que las de ahora?

La realidad es que el agua desbordada era igual de destructiva, pero la sociedad era muy diferente: se trataba de una organización social preindustrial, feudal, ligada a la tierra y con un nivel tecnológico muy inferior al actual, que es una sociedad capitalista, posmoderna y bastante desvinculada del paisaje y de la tierra.

Así, en la Época Medieval, existían azudes de estacas de madera, de piedra y ramas, que funcionaban de freno, y desviaban el agua. Cuando venía una riada, se lo llevaba por delante, y rápidamente el agua encontraba su salida por el mismo lecho del río, y por la red de acequias, que eran mucho más grandes que las de hoy en día. Además, existía una zona de humedales que absorbía los excesos de agua. Hoy en día no tenemos todo esto y, por lo tanto, el efecto destructivo es mucho más grande.

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A pesar de los antecedentes

La sociedad actual ha roto ese equilibrio entre construcción y recursos. Hemos dejado la agricultura a un lado como actividad fundamental y hemos construido en espacios por donde pasaba el agua, y ella siempre busca su camino. “Lo que nosotros hacemos con la tierra, al agua le es indiferente”, tal como afirma Aparisi.

A pesar de que vivimos en un territorio en que tenemos precedentes de riadas desde la Época Medieval, La Safor sufrió dos inundaciones, en 1905 y 1987, en que las infraestructuras fueron insuficientes para hacerle frente. En esta última, se registró el máximo de litros por metro cuadrado llovido en todo el País Valenciano: en Oliva, llovieron 817 litros por metro cuadrado, en 24 horas.

“Si el ser humano no hace algo, es aprender”

Aun así, nada que ver con la catástrofe que ha asediado València hace una semana. Han pasado 9 días y todavía hay desaparecidos, infraestructuras e instalaciones dañadas, las casas repletas de fango, y un gran número de víctimas que cada día va aumentando.

Tal como denuncia Vicent Lloret en la sección ‘Perpètua Memòria’, con todos los recursos y herramientas para poder prevenir, y el precedente que supone vivir en un lugar hostil donde el poder de la naturaleza siempre ha sido una constante, el no haber podido gestionar a tiempo esta catástrofe, “es un delito”.

“Muchas personas no tienen por qué saber que vendrá una riada devastadora, y para eso, está la previsión y la gestión pública. Ahora ya es tarde, la gente ha tenido pérdidas humanas, materiales y sentimentales y no será la última: la historia es cíclica, si el ser humano no hace algo, es aprender”, concluye Lloret.