Las cuentas anuales del Valencia 23/24 evidencian la muerte lenta decretada por Lim y la asfixia económica que ha provocado el acuerdo de refinanciación con Goldman Sachs
El club reduce sus ingresos por competiciontes y TV en 12 millones de euros y presupuesta más ventas de jugadores y reducción del coste de plantilla para la 24/25; el 12 de enero pidió un préstamo adicional de 20 millones a Rights and Media
Valencia
Decadencia deportiva, reducción de los ingresos y asfixia económica. Las cuentas anuales del Valencia en el ejercicio 23/24 constatan el permanente empobrecimiento del club que Lim determinó en 2019 y que todavía no ha encontrado su suelo. A pesar de que el club presume de haber obtenido beneficios por valor de 168.000 euros -información desvelada por la Cadena SER el pasado 18 de octubre-, lo cierto es que la fotografía fija de la SAD es crítica.
El Valencia ha visto como, una temporada más, se reducen de forma notable dos de sus ingresos principales: televisión y competiciones. Los derechos audiovisuales pasan de 67'7 en la 22/23 a 60'1 millones de euros en la 23/24. En lo que respecta a competiciones deportivas, la reducción es de 12'3 a 7'2. Son más de 12 millones de euros que el club ha dejado de ingresar.
El fondo de maniobra sigue siendo negativo y preocupante. A fecha 30 de junio de 2024 está situado en 94'2 millones de euros. La deuda neta de la SAD es de 283 millones. En el ejercicio 23/24, el Valencia destinó 39'8 millones de euros para hacer frente a su deuda financiera e intereses. Es casi un 40% de sus ingresos anuales, cifrados en 99 millones de euros. Una asfixia estructural evidente e incuestionable.
Esta situación financiera crítica, insostenible, ha motivado el acuerdo de refinanciación a largo plazo con Goldman Sachs y provocó que, unos meses antes (12 de enero de 2024), el club se viera obligado a solicitar un nuevo préstamo a Rights and Media Funding Limited por valor de 20 millones de euros. Ese nuevo contrato de financiación tenía una duración de cuatro años y medio. Buscaba atender a diferentes pasivos circulantes y se negoció utilizando a cuenta los derechos audiovisuales de la temporada 23/24 a la 27/28 y las potenciales ayudas al descenso, en caso de que se produjera, hasta el importe total de la financiación y sus intereses. El Valencia asegura que ese préstamo está cancelado, dentro de la operación de refinanaciación a largo plazo con Goldman Sachs.
El verdadero milagro tiene que ver con el departamento comercial del club y con su masa social. La partida económica de abonos y ticketing aumenta de 15'1 a 16'2 millones de euros. Entre marketing, publicidad y tiendas, el Valencia mantiene más de 23 millones de ingresos. Es casi una cuarta parte del dinero total que ingresó la SAD en el ejercicio 23/24.
Lo cierto es que estas cuentas 23/24, en las que el Valencia da beneficios por segunda vez desde que Lim se convirtió en máximo accionista, tienen un asterisco gigante. El acuerdo de refinanciación con Goldman Sachs se ha producido casi cinco meses después del cierre de ejercicio y, por tanto, hay aspectos que pueden cambiar. Deberían hacerlo, de hecho. Uno de ellos es el presupuesto 24/25.
Tiene poco sentido reducir una partida importante de gastos como son los préstamos y seguir empecinado en una previsión de ejercicio 24/25 en la que hay que seguir vendiendo jugadores (con un beneficio de 16 millones) y en la que la plantilla reducirá su coste en seis millones. El presupuesto establece 62 millones de coste de plantilla entre salarios (51) y amortizaciones (11). Conviene tener presente que uno de los hechos posteriores al cierre que el Valencia refleja en sus cuentas es el "compromiso adquirido" por "ventas de derechos federativos de jugadores por importe de 30 millones de euros". Ese compromiso adquirido es la venta de Mamardashvili al Liverpool, que no está computada en las cuentas 23/24.
Fran Guaita
Jefe de Deportes en Radio Valencia y director de SER Deportivos Valencia