La última falla pop de Víctor Valero

València

El barrio de Morvedre, el arrabal de la calle Sagunto de València, aunque muy castigado por los nefastos planes urbanísticos, todavía conserva cierta esencia del poblado extramuros que fue en el dédalo de callejuelas que rodea el decadente mercado de San Pedro Nolasco, que lleva años esperando una solución digna a su inminente ruina. Allí, junto al mencionado mercado, en la esquina con la calle Santa Isabel, se encuentra el taller del último mohicano de la new wave fallera: Víctor Valero, alias Míster Changa, Valero Bis o Marc Martell, entre otros seudónimos.

Víctor Valero (València, 1958) cartelista, ilustrador y licenciado en Bellas Artes, debutó como artista fallero en 1983 con su recordada “Nova Generació” para la comisión Alta-Santo Tomás, todo un canto pop a la movida y a las inquietudes sociales de la juventud del momento, y una declaración de intenciones de lo que vendría después. Y desde entonces, hasta las pasadas Fallas, Valero Bis no ha dejado nunca de interpelar a los espectadores con su universo pop multicolor, único y vanguardista, unido a unos guiones claros, contemporáneos y la utilización de un lenguaje pedagógico apto para todos los públicos, donde siempre hubo espacio para la crítica política y la denuncia social. Sempre a la contra i avant.

Víctor es la creatividad irredenta, una rara avis en el sector, que nunca se ha plegado a los designios de la industria ni a los manoseos del poder. Sus más de cien fallas han sido singulares, en el espacio y en el tiempo, concebidas para un instante y un contexto concreto. Irrepetibles. Fue un pionero que se vio reflejado en Ricardo Rubert y bebió de los Puche, Cosí o “El Patas”, y que junto a otros compañeros de generación como Alares o Fet d’Encàrrec, consiguió romper la monotonía imperante y normalizar otras propuestas diferentes en las fallas.

La última falla convencional -para ser plantada y quemada en San José- salió de su taller el pasado 13 marzo, sobre ruedas, para recorrer los poco menos de mil metros que separan su taller del cruce de las calles Alta y Santo Tomás, cerrando así un periplo fallero de más de cuarenta años plagado de las alegrías y los sinsabores tan característicos de este mundo. Pero las iniciativas artísticas de Víctor Valero siguen más vigentes que nunca. La Falla Silvestre volverá a recorrer las calles de la ciudad en busca de un lugar donde poder ser incinerada, mientras que el Valencia Paste Up Festival ya está maquinando la edición de 2025. Estén atentos a las redes de Míster Changa, la lucha continúa.

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