Iron Gravel Alicante: maneras de vivir

Alicante

Después de lo que hemos vivido este fin de semana en la Iron Gravel Alicante, ha sido imposible no venir con un pedacito de historia de esta aventura. Una prueba que es mucho más que una competición, es un estilo de vida, una manera diferente de ver el mundo a través de las dos ruedas, una manera forajida de vivir.

En este episodio no nos traemos a los más rápidos ni a los más pros, que también han brillado; hoy hemos traído a dos valientes curtidos en cientos de batallas para los que el viaje es más importante que la velocidad.

Ni los más rápidos ni los más pros, pero no se los pierdan

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Paco Hernández y José Miguel Santoyo vienen de disputar el IG720 de Alicante con un puñado de anécdotas en la memoria y un buen rollo increíble, a pesar de que de la edición 2025 ha sido dura, dura; incluso la meteorología la ha hecho casi infernal en algún momento.

Veterinario de profesión, Paco comenzó pedaleando a por todas hace unos 10 o 12 años: “¡Antes solo montaba en bici de manera lúdica de camino al bar! (risas). José Miguel dejó de fumar la ‘módica’ cantidad de dos paquetes diarios hace algo más de trece años. Cuando empezaron a llegar los kilos de más, se regaló una bici y se lanzó a la MTB, primero, y al ultrafondo, poco después.

Paco y José Miguel no tardaron nada en lanzarse de cabeza al randonneur, el ciclismo de larga distancia no competitivo. Juntos se han hecho la Gigante de Piedra, la Titan de la Mancha, los 10.000 del Soplao o Mallorca 312. Algunas de ellas, en más de una ocasión.

Después, llegaron las brevets, etapas de gran fondo que se desarrollan en carreteras abiertas al tráfico y en un tiempo límite con trazados de 200, 300, 400, 600 y 1000 kilómetros, y los 1.200 km de las superbrevets. Y, por fin, la madre de todas las randonnées, la Paris-Brest-Paris… ¡dos veces! Una prueba de 1.200 km a la que solo se puede acceder tras superar una serie completa de brevets (200, 300, 400, 600 y 1000 km).

En 2024 el grável se coló en sus ruedas; en septiembre ya se habían embarcado en la Badlands Granada/Almería: “800 kilómetros +16.000 metros en el territorio de los únicos desiertos de Europa, la costa mediterránea y el puerto más alto del continente, el paso Pico Veleta y sus 3.396 metros”.

IG720

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Acabar la Badlands con un margen de 23 horas, con el nivel de exigencia, supervivencia y aventura que supone «el reto de grável más salvaje de Europa», no les dejaba otra opción más que preparar sus equipos para la Iron Gravel Alicante…, “pero no a cualquiera de sus distancias, sino a la más grande, ¡la primera edición de la IG720!”

Sin hike & bike: 720 km y 13.000 metros de desnivel sobre dos ruedas, 40 % de grava y 82 horas para completar “un viaje inolvidable desde Alicante, atravesando paisajes de ensueño en Murcia, Albacete y el interior de Valencia. La esencia del grável en su máximo esplendor”, cuenta Miguel Ángel García, ideólogo de la IG.

No fue una tormenta, fue “la tormenta” la que obligó a Paco y a José Miguel a bajarse de la bici. Eso sí, no logró bajarlos de la prueba y consiguieron llegar a meta por sus propios medios. Cierto, con “una espinita clavada” de la que ya están dispuestos a deshacerse en la edición forajida 2026 de la IG720.

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