Azaña en València: el famoso mitin del 26 de mayo de 1935

València

Tal día como hoy de hace 90 años, un domingo de mayo de 1935, Manuel Azaña, por entonces presidente de Izquierda Republicana y expresidente del Gobierno, dio en Mestalla, ante más de 100.000 personas, el primer mitin multitudinario que tenía lugar en un estadio de fútbol de nuestro país.

Como es bien sabido, el líder republicano tenía grandes dotes para la retórica y el arte de la oratoria, y sus discursos ante las masas eran considerados auténticos acontecimientos nacionales. Tanto es así que en su libro Discursos en campo abierto (1936) recopiló los pronunciados en 1935 en los campos de Lasesarre, Barakaldo, Comillas en Madrid y el primero de ellos, el que pronunció en el estadio del Valencia CF.

En aquel momento, en plena crisis del gobierno de la CEDA y con los cimientos de la República tambaleándose, el mitin de Azaña fue una muestra de fuerza del republicanismo de izquierdas frente a las derechas antirepublicanas. Presentado por Juan Peset Aleixandre, presidente del Comité Provincial del partido, Azaña se dirigió al público congregado en Mestalla para salir en defensa de la República, pedir la unión de todos los partidos demócratas, demandar la celebración de elecciones y frenar el intento de reforma de la Constitución.

La elección del templo valencianista para iniciar su gira de mítines no fue casual, como así lo hizo saber a la multitud: "He tenido, ciudadanos, empeño en venir a València antes que a otra parte, primeramente por el volumen, el fervor y la tradición gloriosa del republicanismo valenciano, en el cual se reconoce la fecunda siembra de la gran acción política de vuestro Blasco Ibáñez (atronadores aplausos y visas a Blasco Ibáñez".

La historia posterior es bien sabida por todos. La coalición de izquierdas ganó las elecciones de febrero de 1936 y Azaña fue proclamado presidente del Consejo de Ministros, pero en julio de ese mismo año se produjo el golpe militar que propició el estallido de la Guerra Civil. Durante el conflicto, Azaña ostentó la presidencia de la República, y su vinculación con València fue muy intensa.

En nuestra ciudad, como capital de la República, pronunció alguno de sus discursos más recordados, en el Ayuntamiento y en la Universidad. Se instaló en un principio en un chalet de la Malvarrosa, donde incluso tuvo lugar un Consejo de Ministros, y posteriormente se trasladó a la Pobleta, una finca situada en el paraje de Portacoeli, donde escribió su Cuaderno de la Pobleta. Memorias políticas y de guerra.

Manuel Azaña murió en el exilio, en noviembre de 1940, poco después de finalizar la guerra, pero incluso muerto, el gobierno franquista lo declaró traidor a la patria, le sustrajo la nacionalidad española y lo condenó al olvido.

La figura de Azaña no fue repuesta hasta la restauración de la democracia, y lo hizo a duras penas. En nuestra ciudad, los primeros ayuntamientos socialistas lo obviaron, y no fue hasta 1999 cuando Pablo Rodríguez Cortés, como secretario general de Izquierda Republicana del País Valencià, propuso su nombre para rotular una calle de la ciudad "por haber ostentado democráticamente la más alta magistratura del Estado Español y haber tenido una fuerte relación con València".

Dicha propuesta se desestimó, y en febrero de 2001, los concejales de Esquerra Unida volvieron a poner el nombre de Azaña sobre la mesa, acordándose rotular el gobierno de Rita Barberá le otorgará una calle concreta, eligiendo la pequeña calle que separa el estadio del Levante UD del centro comercial contiguo. Un callejón indigno para un personaje de la talla de Manuel Azaña.

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