Morir en el mar: cuando ni siquiera ver un cuerpo sin vida nos conmueve demasiado
Se impone el mensaje que criminaliza al extraño y no el del drama de las pateras

La Columna de Carlos Arcaya: «Morir en el mar: cuando ni siquiera ver un cuerpo sin vida nos conmueve demasiado»
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Alicante
Desde el pasado sábado les estamos contando en Radio Alicante la aparición del cuerpo sin vida de una persona en aguas de Tabarca. Posteriormente, la Guardia Civil, encargada de la investigación, nos aseguró que se trata de una mujer que pudo perder la vida en un trayecto en patera.
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Dicen que el mar lo devuelve todo y también los cadáveres. Pero no siempre es así, porque, como denuncia la ONG Caminando Fronteras en demasiadas ocasiones, no todas las personas que fallecen al cruzar en patera el Mediterráneo, en lo que es la frontera más desigual del mundo, termina por aparecer. Sin olvidar de que cuando los familiares denuncian las desapariciones de las personas que se han montado en una de estas embarcaciones, muchas veces tras pagar miles de euros a mafias, no siempre actúan los dispositivos de búsqueda.
Este es un drama al que socialmente le damos la espalda, ni ver el cuerpo sin vida nos conmueve demasiado. Se impone el mensaje que criminaliza al extraño y no el del drama de las pateras o el hecho de que nuestro país necesite miles de emigrantes al año. Ellos son quienes cuidan a nuestros mayores y en el futuro nos cuidarán a nosotros; son los que se bajan al tajo a treinta y tantos grados a la sombra -ellos están al sol- y con una humedad insufrible como la que tenemos en Alicante.
