El rancio aroma del acuerdo PP-Vox
El equipo de gobierno en el Ayuntamiento y Vox han maquillado el pacto para que no sea tan grosero como la propuesta inicial de los ultras

La Columna de Carlos Arcaya: «El rancio aroma del acuerdo PP-Vox»
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Alicante
Es cierto que el Caso Koldo todavía no está perimetrado, ya veremos cuál es su evolución y si se demuestra que existe una corrupción institucionalizada. Vamos, todavía no ha aparecido un documento en el que se lea 'p.sánchez'. Son diferencias con lo que derivó en la moción de censura que acabo con el Gobierno del PP. Y, sobre todo, lo que nos diferencia de aquella etapa es que la ultraderecha puede gobernar este país o mediatizar el gobierno del PP, como ya lo hace en la Comunitat Valenciana, en Murcia y Baleares.
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Aunque aquí, en Alicante, el equipo de gobierno en el Ayuntamiento y Vox han maquillado ayer, tras la dimisión del concejal Toni Gallego, el acuerdo alcanzado para que no sea tan grosero como la propuesta inicial de los ultras, el documento no deja de destilar un aroma bastante rancio.
Es más que evidente que Barcala piensa en los dos presupuestos que tiene que aprobar antes de las próximas elecciones y prefiere agradarles antes que sondear un acuerdo de mandato con los socialistas, aunque esto sería bueno para la ciudadanía y para el futuro de la ciudad.
Apoyándose en Vox, el PP refuerza su aislamiento y al final, lo que termina por hacer es apuntalar a Sánchez.
