Bixquert, el Bar Moncho, el Hotel Españoleto... y Miguel de Molina
La Sala Acadèmia del Centre Cultural La Nau de la Universitat de València acoge hasta el 26 de octubre la exposición “Miguel de Molina: Yo quiero ser diferente”, rescatando su huella en Xàtiva

Miguel de Molina en una imagen icónica de su recorrido / agencia

València
La Sala Acadèmia del Centre Cultural La Nau de la Universitat de València acoge hasta el 26 de octubre la exposición “Miguel de Molina: Yo quiero ser diferente”, la mayor retrospectiva hasta la fecha dedicada al célebre cantante y artista malagueño. Una muestra que no solo recupera su figura como pionero de las artes escénicas y símbolo de libertad, sino que también rescata su huella en tierras valencianas, entre ellas, la ciudad de Xàtiva, que tuvo un lugar destacado en uno de los momentos más difíciles de su vida.
Durante la presentación, el director de la Fundación Miguel de Molina y sobrino nieto del artista, Alejandro Salade, destacó que esta “no es una exposición más, esta es la exposición de València”, aludiendo al vínculo emocional y artístico del intérprete con esta ciudad y su entorno. “El objetivo es que la gente de València y los visitantes entiendan lo que fue la ciudad para Miguel de Molina y lo que él fue para ella”, afirmó.
La muestra, producida por la UV y la Fundación Miguel de Molina, aborda siete áreas temáticas, entre las cuales una se dedica por completo a su relación con València y su provincia. Fue allí donde cosechó algunos de sus primeros éxitos artísticos en los años treinta, y también donde sufrió la represión franquista tras la Guerra Civil. Según recoge el teletipo de Europa Press, se documentan sus etapas de confinamiento en Cáceres, su detención en Buñol —ciudad de la que es Hijo Predilecto— y su paso por Ontinyent y Xàtiva.
Su estancia en Xàtiva
El portal especializado elartedevivirelflamenco.com aporta detalles adicionales sobre esta relación con Xàtiva. Durante su estancia en la ciudad, Miguel de Molina se alojó en el histórico Hotel Españoleto y participó en tertulias culturales en el Bar Moncho. Allí trabó amistad con los padres de Miguel Mollá, quien recibió su nombre en homenaje al artista.
Asimismo, pasaba largas veladas en una casa de campo en Bixquert, propiedad de Joaquín, conocido como Ximo "el de la Malla", y su esposa Encarna Insa. Según relata el mismo portal, el artista solía caminar hasta la finca cantando por el camino. Encarna aún conserva dos fotografías que De Molina envió desde Buenos Aires, una de ellas con la dedicatoria: “Estoy bien. Triunfando y ganando mucha plata a Dios gracias. Os envío un abrazo desde Buenos Aires”.
La exposición
La exposición también recoge su regreso a València en 1957 tras su exilio en Argentina, y cómo volvió a triunfar. En sus memorias, el propio artista reconoció que València fue “posiblemente la ciudad de España” a la que más debía “artísticamente”, y donde vivió su “verdadera consagración”.
Además de documentos, vestuario y material inédito, la exposición está enmarcada en el ciclo “El valor de la diversitat: art, restitució i memòria”, con el que la UV promueve valores como la igualdad, la justicia y la memoria histórica.
Coincidiendo con la inauguración, el Festival Serenates acogió un concierto homenaje a Miguel de Molina a cargo de la cantaora Clara Montes, reforzando el carácter artístico y reivindicativo del evento.
La muestra ha sido comisariada por las hispanistas Stéphanie Demange (Université de Toulon) y Laurie-Anne Laget (Sorbonne Université), y cuenta con la colaboración de la Generalitat Valenciana.
Miguel de Molina
Miguel de Molina (Málaga, 1908 – Buenos Aires, 1993) fue un cantante, bailarín y artista escénico español, considerado uno de los grandes renovadores de la copla y un pionero en el uso del vestuario, la escenografía y la dramaturgia en sus espectáculos. De estética transgresora y sensibilidad vanguardista, construyó una imagen artística que rompió moldes en una España profundamente conservadora.
Perseguido por su condición de homosexual y por sus ideas republicanas tras la Guerra Civil, fue represaliado por el régimen franquista, lo que le llevó finalmente al exilio en Argentina en 1942. Allí desarrolló gran parte de su carrera, convirtiéndose en un referente de la cultura popular en el país sudamericano, aunque nunca dejó de recordar a España.
Además de cantante, Miguel de Molina fue diseñador de vestuario, escenógrafo y escritor. Su legado ha sido redescubierto en los últimos años como símbolo de libertad, arte total y resistencia cultural.




