Nuestras fábricas: La fábrica de los Vera
Fundada en 1898, llegó a producir más de 1.500 pares diarios y a exportar a América Latina, dejando una huella imborrable en la historia de la ciudad

Fachada en la actual calle Elia Barceló, esquina con Antonino Vera, en Elda. / Cedida

Elda
Hoy viajamos al corazón de la historia industrial de Elda para recordar a una de sus fábricas más emblemáticas: la fábrica de los Vera. Fundada en 1898 por Gabriel Vera García junto a sus hermanos y su cuñado Rafael Juan, la empresa pasó de ser un pequeño taller a convertirse en un gigante del calzado con más de un centenar de trabajadores y un modelo de gestión innovador para la época.

Jº Marí Amat en el estudio de Radio Elda SER / Cadena SER

Jº Marí Amat en el estudio de Radio Elda SER / Cadena SER
La magnitud de la fábrica era extraordinaria: ocupaba una manzana completa, con más de 5.000 metros cuadrados de naves y patios, y contaba con maquinaria de última generación traída incluso desde Alemania. Funcionaba mediante un sistema centralizado de motores y ejes que movía al unísono todas las máquinas. Jº María Amat, fundador del Museo del Calzado de Elda, lo describe con detalle: “En la sala de máquinas había carros de madera, ventanales enormes y unos ejes movidos por un motor central…”.
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Nuestras fábricas: La fábrica de los Vera
La producción alcanzó niveles sorprendentes para su tiempo: más de 1.500 pares de zapatos finos de señora al día, con una fuerte exportación a mercados de Brasil, México y Colombia. “La fábrica fue una de las primeras en arañar la exportación… y el botier fue lo que más beneficios produjo”, señala Amat.

Fachada en la actual calle Elia Barceló, esquina con Antonino Vera, en Elda. / Cedida

Fachada en la actual calle Elia Barceló, esquina con Antonino Vera, en Elda. / Cedida
Más allá de su maquinaria y cifras, la fábrica de los Vera simbolizó el esfuerzo humano de varias generaciones. Aparadoras como Dolores Esteve o Isabel Callado, encargados de pieles y personal administrativo formaban un engranaje perfecto que mantuvo viva la empresa durante más de cinco décadas.




