La València Olvidada: el Centro Arqueológico de l'Almoina como punto de origen de la ciudad (por Desirée Juliana)
Actualmente, València se da a conocer al mundo por espacios más contemporáneos como la Ciudad de las Artes y las Ciencias, pero, cuidado, València tiene tesoros ocultos dignos de conocer

La València Olvidada: Centro Arqueológico de l'Almoina (02/10/2025)
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València
En ocasiones paseamos por las calles sin percatarnos que la ciudad no se compone tan solo de lo que tenemos en alzado, sino también aquello que se esconde bajo tierra, como es el caso de una de las ruinas más importantes de la ciudad. Para 'La València Olvidada', la Almoina es un punto ineludible y fascinante. Es un lugar lleno de historia, tradición y cultura.
Actualmente, València se da a conocer al mundo por espacios más contemporáneos como la Ciudad de las Artes y las Ciencias, pero, cuidado, València tiene tesoros ocultos dignos de conocer.
El punto donde nos encontramos es unos de los lugares en los que se fundó la antigua Valentia, en el año 138 a.C., por el cónsul Décimo Junio Bruto en época de la república romana. En principio, como muchas urbes romanas, tan solo era una colonia de carácter militar con un trazado urbanístico regular que ayudase a su defensa. Sin embargo, pronto se convirtió en un enclave fundamental para el futuro Imperio romano.
Una de las cuestiones más interesantes del espacio es cómo a través de los siglos, el espacio urbano se convirtió en el epicentro de las culturas sucesivas. Romanos, pero también visigodos, musulmanes y cristianos erigieron sus principales edificios en este punto urbano y curioso o no, desde entonces hasta la actualidad, el espacio urbano de la Almoina, junto a la plaza de la Virgen, sigue siendo uno de los puntos cívico-religiosos más importantes de la ciudad de València.
A mediados de la década de 1980, el Ayuntamiento de València decidió realizar obras de ampliación y adecuación de la plaza de la Virgen y las áreas circundantes, en particular para la ampliación de la Basílica de la Virgen de los Desamparados que tenemos muy cerca de donde nos encontramos. Las obras estaban centradas en mejorar la infraestructura de la plaza y la zona adyacente, pero lo que no se anticipó fue el hallazgo de importantes vestigios arqueológicos bajo el suelo. Estos terrenos habían pertenecido a la Iglesia y a diferentes propietarios particulares, como comerciantes, familias y empresas locales que habían adquirido el espacio a lo largo de los siglos.
Así pues lo que parecía una intervención rutinaria, cuando los trabajadores se toparon con restos de piedras y mosaicos, la planificación cambio y se convirtió en una obra de recuperación patrimonial que duró desde 1998 hasta el 2005.
Durante todo aquel periodo, numerosos especialistas, arqueólogos, historiadores, historiadores del arte, etc., confluyeron en un trabajo que capitaneó el, por aquel entonces, Servicio de Investigación Arqueológica Municipal, también conocido como SIAM. No se sabía qué se iba a crear en aquel espacio y por tanto, había afán de documentar cada uno de los hallazgos y dejar constancia, por si aquello se enterraba nuevamente. Afortunadamente no fue así, ya que se decidió realizar el museo en el que nos encontramos hoy y que fue inaugurado en el año 2007.
Lo peculiar del espacio es que los diferentes pobladores se asentaron sobre el mismo terreno. Es decir, con la caída del Imperio Romano y la llegada de los visigodos, reutilizaron algunos de los edificios, al menos sus cimientos y crearon su propia urbe. De mismo modo ocurrió con la civilización islámica. Todo aquel que realice la visita al Centro Arqueológico podrá observar y diferenciar estas etapas en los diferentes niveles de profundidad, lo que llamamos los niveles estratigráficos. Son como los niveles de la historia de Valencia.
Lentamente, surgieron evidencias de la primigenia ciudad romana con su trazado uniforme que estaba organizado a través de dos vías, el cardo y el decumanus (es decir, dos vías que se cruzaban de forma perpendicular). Esta conformación urbanística procedía de los antiguos campamentos militares que favorecían su defensa y la salubridad del espacio.
A partir de ahí, la conformación de la ciudad confluyó en la construcción de una plaza porticada que conformaba el foro con un templo principal que cerraba la escenografía dedicado al dios Asclepios. Este dios grecorromano, hijo de Zeus y de la mortal Coronis, tenía su importancia por ser el dios de la medicina y de la curación. Demostró talento en las artes curativas y, según dice el mito, llegó a resucitar a los muertos. Esto fue una cuestión que enfureció a Zeus, tanto que lo mató con un rayo. Tras su muerte fue deificado convertido en una constelación. Su culto se expandió a través de grandes Santuarios como el de Epidauro en Grecia.
Además del templo, la urbe de Valentia se compuso con hórreos (es decir, almacenes de grano), elementos de canalización de agua, y por uno de los principales edificios que además es uno de los mejor conservados de la época, las termas.
El edificio de las termas fue uno de los principales de la civilización romana, pues desempeñaban una función central en la vida social, cultural y física. No eran solo lugares de higiene personal, sino que también servían como espacios de encuentro, relajación y actividad física. Las hay que tienen espacios muy singulares con gimnasio, piscina de natación o natatio, pero especialmente tienen los lugares de baño y relajación que consistían en tres salas: el frigidarium (una gran sala en la que romanos se sumergían en agua fría para revitalizarse), el tepidarium (espacio de temperatura templada que servía como transición entre el calor y el frío) y finalmente el caldarium (la zona de baño caliente, donde los romanos disfrutaban de agua a altas temperaturas).
Quien pueda visitarlo, podrá observar un gran bello pavimento en forma de espina de pez y unos bancos de piedra y mármol cuya utilidad consistía en ser una zona de descanso y relajación, incluso donde podían recibir algún tipo de masaje. Además, era el lugar también de socialización.
Con el tránsito de la república al Imperio, la ciudad de València se engrandeció, teniendo edificios construido completamente en mármol, más almacenes de grano, porque se estaba convirtiendo en un centro de referencia comercial importante, además de otros espacios que albergaron a los gobernadores de su tiempo como la curia, una basílica (centro administrativos) y un sinfín de detalles, que agotaríamos el tiempo de varios programas…
Entre otras cuiriosidades, cuando el visitante entra y observa unos huecos profundos llenos de monedas, cerámicas y dicen ¿y eso?
Pues bien, son pozos fundacionales que normalmente se realizaban con ofrendas a los dioses para traer la prosperidad a una ciudad. La cultura antigua traía consigo un gran número de rituales para favorecer su crecimiento, ganar batallas, etc. Incluso, podría decirse que en algunos de estos pozos se realizaron ofrendas con el sacrificio de animales.
Por último, otra curiosidad para el visitante, que es la amalgama de restos de diferentes épocas en el mismo lugar. A veces complica la lectura del espacio, pero es importante ver cómo tenemos restos de los almacenes de grano, de la curia, pero también nos ofrecer restos del alcázar musulmán, un enterramiento que no responde a los romanos, ya que tenían sus necrópolis fuera de la muralla, sino que es de época medieval, un baptisterio visigodo, aljibes, albercas islámicas, etc.
En resumen, la historia de la Almoina de València es un testimonio de la transformación de la ciudad a lo largo de los siglos, desde su fundación romana hasta su consolidación como un centro importante en la Edad Media. Los restos arqueológicos hallados en este lugar nos revelan los múltiples usos y funciones que este espacio ha tenido a lo largo de los siglos. Nos invitan a recordar que, al recorrer una ciudad, no solo debemos mirar hacia lo alto, sino también hacia las profundidades de la tierra, donde yacen secretos ocultos que esperan ser descubiertos.
Texto: Desirée Juliana
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Quique Lencina
Filólogo de formación y locutor de profesión, actualmente forma parte del equipo digital de Radio Valencia...




