La saga de los Garnelo y su calle en Benimàmet

Valencia

Benimàmet es una pedanía o pueblo perteneciente en la actualidad a la ciudad de València pero que a mediados del siglo XIX y durante casi 50 años fue un municipio independiente. Su anexión a la ciudad de València se produjo en 1882, poco antes que la línea de ferrocarril de València a Lléria atravesase sus huertas, haciendo allí parada y cambiando la vida de este tranquilo poblado agrícola para siempre. Desde aquel momento, Benimàmet pasó a ser uno de los lugares predilectos para los veraneantes de la burguesía valenciana que buscaban en las afueras de la urbe un clima más fresco y un entorno más saludable durante los largos meses estivales.

Así, en la zona norte de Benimàmet, en el entorno de la estación del ferrocarril, se empezaron a construir desde finales del siglo XIX, numerosos chalets y villas en estilo modernista, muchos de los cuales fueron derribados para dejar paso a los monótonos edificios de viviendas de los años 60 y 70, aunque afortunadamente algunos bellos ejemplares siguen en pie como testimonio de aquella época. Es el caso de Villa Garnelo, un chalet de recreo situado en la calle Felipe Valls número 67, realizado en 1897 por encargo de Teresa Garnelo Fillol, hermana del pintor Isidoro Garnelo Fillol (Enguera,1867 – València, 1939), que durante la Guerra Civil residió temporalmente en esta casa, perteneciente a la saga de artistas originaria de Enguera.

La dinastía de los Garnelo dio comienzo a mediados del siglo XIX en la localidad valenciana de Enguera, y su primer eslabón lo forman los hermanos Garnelo Gonzálvez, que a su vez dieron lugar a dos ramas artísticas de la saga. La primera la encabezó José Ramón Garnelo Gonzálvez (Enguera, 1830 – Montilla, 1911), un humanista, médico de profesión, pero pintor de vocación, que supo transmitir su afición artística a todos sus descendientes. Desde su primera hija, Eloísa, que fue una reputada pintora, pasando por Manuel, que se inclinó por la escultura, llegando a ser catedrático de Bellas Artes y por último José, el más consagrado y reconocido pintor de la familia.

José Garnelo Alda (Enguera, 1866 – Montilla, 1944), amigo de Sorolla y tutor de Picaso, llegó a ser subdirector del Museo del Prado y director de la Academia Española en Roma, y entre otras muchas condecoraciones, logró la primera medalla de la Exposición Internacional de Bellas Artes de Chicago de 1892, organizada para conmemorar el cuarto centenario del Descubrimiento de América, con una de sus obras más famosas: Primer homenaje a Colón — desgraciadamente de actualidad por el ataque que sufrió el pasado 12 de octubre por dos activistas del movimiento Futuro Vegetal, en el Museo Naval de Madrid—. Esta rama de los Garnelo pasó gran parte de su vida entre Madrid y Montilla (Córdoba), donde tuvieron que instalarse a causa del trabajo del padre, pero València conserva una parte fundamental de su legado que se puede admirar en el Museo de Bellas o en el Museo del Patriarca.

La otra rama familiar, formada por Teresa, Hilario, Jaime e Isidoro —primos de los mencionados Eloísa, Manuel y José Garnelo— también desarrollaron una gran actividad artística realizada completamente en València, siendo su miembro más destacado el mencionado Isidoro Garnelo Fillol, reconocido pintor acuarelista, catedrático y director de la Academia de Bellas Artes de San Carlos y que, como hemos dicho anteriormente, vivió junto a su hermana Teresa en la villa que esta poseía en Benimàmet, razón por la cual, un pequeño ramal de la calle del Campamento, junto a la mencionado chalet, fue denominado como calle del pintor Garnelo.

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