Benigànim recibe los restos de Miguel Alabort Ortega, “Miquel de Cabot”, 86 años después de su fusilamiento
El acto de entrega e inhumación tendrá lugar el domingo 9 de noviembre a las 12:00 horas en el Cementerio Municipal

Imagen de Miguel Alabort Ortega, “Miquel de Cabot”, cedida por la familia

Benigànim (La Vall d'Albaida)
Los familiares de Miguel Alabort Ortega, conocido como “Miquel de Cabot”, vecino de Benigànim fusilado en Paterna el 7 de septiembre de 1939, han conseguido, después de muchos años de búsqueda, excavaciones e identificación genética, que sus restos puedan regresar finalmente a su pueblo natal.
El acto de entrega e inhumación tendrá lugar el domingo 9 de noviembre, a las 12:00 horas, en el Cementerio de Benigànim, en el nicho donde descansan su esposa e hijo, en el Carrer la Puríssima, columna 13.
Hallado en la fosa 69 de Paterna y confirmado por ADN
Los restos de Miguel Alabort Ortega fueron hallados en 2022 durante los trabajos de exhumación de la fosa número 69 del cementerio de Paterna, en una intervención financiada por la Diputación de València a través de su Delegación de Memoria Histórica.
Durante el inicio de los trabajos, la hija de Miguel, María, que tenía seis años cuando su padre fue fusilado, tuvo el gesto simbólico de iniciar la excavación. Cuatro de sus nietos, residentes en València, acompañaron aquel momento histórico en el cementerio de Paterna. En un tiempo récord, los arqueólogos hallaron los restos en el interior de un féretro individual, con claros indicios de corresponder al labrador de Benigànim.
Hace dos semanas, las pruebas de ADN confirmaron oficialmente que los restos exhumados eran los de Miguel Alabort Ortega.
Una vida humilde, trabajadora y comprometida
Miguel Alabort Ortega nació el 3 de marzo de 1896 en Benigànim, en el seno de una familia de labradores. Desde muy joven trabajó en el campo y apenas pudo completar la educación básica. En 1924 se casó con Inés, su compañera de vida, que trabajaba fabricando alpargatas. Juntos tuvieron cinco hijos: Inés, Miguel, Vicente, María y Joaquín.
María, hoy con 92 años, es la única hija viva del matrimonio. De su madre heredó el valor para contar la historia que durante años muchas familias callaron.
Miguel fue recordado como un hombre bueno, honesto y justo, que, pese a su origen humilde y su trabajo de labrador, tenía inquietudes sociales y creía en una España más justa e igualitaria. Por eso militó en Esquerra Republicana, convencido de que la justicia y la dignidad de los trabajadores eran causas que merecían ser defendidas.
De la esperanza a la tragedia
En abril de 1939, poco después de terminar la Guerra Civil, Miguel fue detenido en Benigànim. Acudió voluntariamente al Ayuntamiento tras ser citado, confiado en su inocencia. Sin embargo, no regresó a casa. Fue encarcelado en la prisión de Albaida, donde pasó varios meses antes de ser sometido a un juicio sumarísimo basado en acusaciones falsas.
Incluso el jefe local de Falange declaró en su favor, recordando que Miguel le había salvado la vida durante la guerra al advertirle de un inminente peligro. Pero nada sirvió: fue condenado y fusilado el 7 de septiembre de 1939 en Paterna.
Su esposa Inés, embarazada de siete meses, fue también detenida tras gritar en las calles “¡Asesinos!” al enterarse de la ejecución. Afortunadamente, un médico de la prisión intercedió por ella y logró su liberación antes de dar a luz a su hijo Joaquín.
El largo camino hacia la recuperación de la memoria
Durante el franquismo, la familia visitó varias veces la fosa 69, donde sabían que estaba enterrado. Su hermana Elisa incluso pagó la sepultura individual y una sobrina, Teresita, presenció el entierro, colocando una pequeña losa bajo su cabeza. Sin embargo, con el paso de los años, las reformas del cementerio hicieron desaparecer cualquier rastro visible de la tumba.
No fue hasta décadas más tarde, gracias a la web del cementerio de Paterna y al libro “Els afusellaments al País Valencià” de Vicent Gavarda Cebellán, cuando los descendientes pudieron confirmar que las restos seguían allí. Con el apoyo del Ayuntamiento de Benigànim y la Diputación, se solicitó la excavación en 2022, que culminó con la localización del féretro y, ahora, con la confirmación definitiva mediante ADN.
El acto de inhumación del próximo domingo simboliza el cumplimiento del último deseo de su hija María: “que su padre vuelva a casa y descanse con los suyos”.

Tomás Marín
(Xàtiva, 2000) Graduado en Periodismo por la Universidad Miguel Hernández de Elche, soy redactor de...




