Asicval apunta a los propietarios de viviendas: "Algunos ponen precios que no corresponde con el mercado"

Valencia

Un informe de Cadena SER ha revelado una gran brecha entre los precios que se publican en los portales inmobiliarios y los precios reales de cierre en las compraventas. De media, los anuncios piden un 43% más de lo que finalmente se paga por la vivienda. Esta diferencia genera una percepción distorsionada del mercado y afecta tanto a compradores como a vendedores. En la Comunitat Valenciana la diferencia es de un 55%.

El espejismo de los portales inmobiliarios que distorsiona el mercado: los anuncios piden un 43% más del precio al que se terminan vendiendo

El estudio se basa en datos oficiales de transacciones registradas frente a los precios de oferta en plataformas como Idealista o Fotocasa. Para analizar esta situación, hablamos, en La Ventana Comunitat Valenciana, con Nora García, presidenta de la Asociación de Empresas Inmobiliarias de la Comunidad Valenciana (Asicval).

García reconoce que existe una discrepancia entre el precio de salida y el precio final, aunque cuestiona que alcance cifras tan elevadas como las que refleja el informe: «Por nuestra experiencia, tanto como un 40 y tantos por ciento, yo creo que no».

Según explica, la diferencia depende en gran medida de quién fija el precio inicial: «Muchas veces los propietarios tienen expectativas mucho más altas de lo que es la realidad. Si no están bien asesorados, tienden a salir con precios mucho más altos de lo que el mercado está dispuesto a pagar».

Herramientas y valoraciones

La presidenta de Asicval advierte que esta práctica acaba generando un efecto contrario al deseado: «Salir por encima del precio es una estrategia errónea. Finalmente se acaba vendiendo por debajo de lo que se habría vendido saliendo a un precio más ajustado al mercado». Además, señala que las herramientas automáticas de valoración han contribuido a inflar los precios: «Han hecho mucho daño, porque mezclan viviendas reformadas con otras que necesitan reforma, con o sin ascensor, y la media no es la que tendría que ser».

Otro factor que, según García, distorsiona el mercado son las valoraciones automáticas enviadas por entidades financieras: «Que te llegue una carta de tu banco diciéndote que tu vivienda vale X sin haber visitado la vivienda es una temeridad». Y añade: «El Banco de España no tendría que haber permitido que esas herramientas estuvieran en el mercado al alcance de gente que no sabe valorar».

Para la presidenta de Asicval, la solución pasa por limitar el uso de estas herramientas y garantizar que las valoraciones las realicen profesionales homologados: «Estamos hablando de una de las cosas más importantes que hace una familia en su vida: invertir en una vivienda. Comprar o vender es una transacción muy importante en la que hay mucho dinero en juego».

Regulación, ya

Desde la asociación y la Federación Nacional, insiste, se reclama desde hace tiempo una regulación que exija un mínimo de conocimientos para ejercer la profesión: «No para restringir la actividad, sino para que quien entre en esta profesión tenga formación». Y advierte del impacto que tiene una valoración inflada: «Si hay una valoración sobrevalorada, el problema se traslada tanto al que vende como al que compra».

García también alerta sobre el efecto psicológico que estas herramientas generan en los propietarios: «Cuando vas a valorar una casa, el propietario ya tiene ese precio metido en la cabeza y es complicado hacerle ver que no se ajusta a la realidad». En su opinión, la falta de asesoramiento profesional y la confianza en sistemas automáticos han provocado que muchos inmuebles salgan al mercado con precios irreales: «Entre todos hemos puesto esto a unos precios que, bueno».

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