Cuando la bronca política condiciona el fondo del debate

València

Me da la sensación que el de la ordenanza de zonas de bajas emisiones de València se ha convertido en asunto exclusivamente de confrontación política, de reproches y cruces de acusaciones entre los partidos, alejado del debate sosegado, serio y riguroso que exige un tema como este. Echo en falta debate más allá de las cuatro paredes del Ayuntamiento, una verdadera conversación pública en la que escuchemos el parecer ciudadano. Porque seguro que habrá gente que no se pueda permitir el cambio de un vehículo pero también personas preocupadas por el aire que respiramos. Pero es que estoy convencido que sacando el debate de la esfera exclusivamente municipal abriremos otros debates necesarios y estrechamente vinculados al fin último que es el de la reducción de las emisiones de gases contaminantes. Debates como el de la necesidad de un transporte público verdaderamente competitivo. Porque no todo van a ser prohibiciones.

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