Djukic: "Tengo una espinita con el banquillo del Valencia; nos veían como alguien que acaba de empezar y no teníamos apoyo del club, deberían haber aguantado"

Valencia

Es uno de los pilares sobre los que se cimentó el mejor Valencia de la historia moderna. Aterrizó en Mestalla a los 31 años con una veteranía adquirida en Yugoslavia y, fundamentalmente, en el Deportivo de La Coruña, donde también fue pilar del equipo que sorprendió en España en el primer lustro de los 90. "La gente en Valencia vio cómo llegamos unos cuantos veteranos y se creían que veníamos a jubilarnos y a tomar el sol para obtener la vitamina D, pero aportamos mucho", recuerda entre risas Miroslav Djukic, nuestro quinto invitado en el videopodcast Mano a Mano.

Su llegada a Valencia en 1997 le cambió la vida porque a orillas del Turia echó unas raíces que aún se mantienen fuertemente cogidas a su familia. Aunque él y su esposa se han vuelto a vivir a Serbia, sigue viniendo a su casa de Valencia para visitar a uno de sus hijos y a dos de sus cinco nietos. Djukic, a punto de cumplir 60 años, ejerce ahora de abuelo pero un día fue un niño yugoslavo perteneciente a una familia pobre.

En nuestro Mano a Mano, Djukic lo recuerda con cariño, haciendo un repaso a su vida con ese momento cumbre en el que, pese al disgusto de su padre, dejó su trabajo de palista de retroexcavadora para recalar en La Coruña, donde buscaban a un central del Estrella Roja y acabaron fichando a un mediocentro del Belgrado al que un día su entrenador retrasó a la defensa porque se le complicó un partido.

Djukic recuerda esta carambola del destino que marcó su vida, la de él y la de Svetlana, su fiel compañera de viaje desde hace 39 años. Llegó el SuperDepor de Arsenio, el penalti fallado que le impidió ganar una Liga, la posterior Copa ganada al Valencia ("Liaño decía que arriero somos y mira", recuerda el serbio), su fichaje por el Valencia a propuesta de Bebeto, Ranieri, la Copa, las finales de Champions, la bronca con Cañizares, la Liga con Benítez y su posterior etapa como entrenador del Valencia, que no salió como se esperaba por nombres propios: jugadores, Salvo, Rufete...

Todo esto en una conversación distendida con alguien que tiene la deferencia de sentarse Mano a Mano cuando ha decidido en los últimos años alejarse de los medios de comunicación, aunque se considera todavía entrenador en activo que espera equipo y no la jubilación. El Djukic futbolero y el Djukic más personal, que se adentra en la guerra de los Balcanes y en el panorama político actual en España y en su país: "Ves algunos nacionalismos extremos y piensas que no hemos aprendido nada", se sincera el bueno de Djuka.

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