Un entorno estimulante en la infancia activa procesos moleculares que mejoran la memoria según un estudio de la UMH
El estudio demuestra que el entorno durante la infancia y adolescencia deja una huella en el cerebro al activar o desactivar el factor de transcripción AP-1

Imagen de la firma Natrucitrus / UMH

Elche
Un equipo del Instituto de Neurociencias, centro mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández de Elche, ha descubierto un mecanismo molecular que contribuye a explicar por qué crecer en un entorno estimulante mejora la memoria, mientras que la falta de estímulos puede deteriorarla.
El estudio demuestra que el entorno durante la infancia y adolescencia deja una huella en el cerebro al activar o desactivar el factor de transcripción AP-1, un interruptor que regula la expresión de genes implicados en la plasticidad neuronal y el aprendizaje.
Para llevar a cabo este estudio, el equipo del laboratorio mantuvo ratones jóvenes en tres condiciones distintas: un entorno enriquecido con juguetes, ruedas para ejercicio y convivencia social; un entorno estándar, y un entorno empobrecido caracterizado por el aislamiento y la ausencia de estímulos.
Tras varias semanas, los animales que habían madurado en un entorno enriquecido mostraron un rendimiento superior mientras que los criados en entornos empobrecidos obtuvieron peores resultados en las pruebas cognitivas.
Al analizar el cerebro mediante técnicas avanzadas de genómica y epigenética, los investigadores observaron que las experiencias tempranas modulan de manera sostenida la actividad del factor de transcripción AP-1.
El artículo ha contado con la colaboración de investigadores de la Facultad de Matemáticas, Informática y Mecánica de la Universidad de Varsovia, que han participado en el análisis bioinformático de los datos de metilación del ADN en los tres ambientes.




