Suspendido el juicio por el crimen de Gracia porque la acusada renuncia a su abogado
El tribunal ha fijado el 20 de febrero como nueva fecha para la vista y deberá decidir si prorroga o no la prisión provisional por la presunta homicida, que acaba en marzo
Sorpresa en el juicio por la mujer de Barcelona acusada de matar una amiga a Gracia tras suplantarle durante dos años la identidad. La vista se ha suspendido cuando apenas había empezado porque la presunta homicida ha renunciado al abogado que ha tenido en los últimos 4 años.
A mediados de marzo, esta mujer habrá cumplido el tiempo máximo de prisión provisional y debería salir en libertad. El tribunal decidirá ahora si prorroga su encarcelamiento a la espera que se celebre el juicio y la sentencia.
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Vestida de negro, con botas de tacón alto, el cabello largo y los brazos cruzados, Maria Ángeles Molina ha comparecido ante el tribunal con actitud fría y segura. Se guardaba un as en la manga: ha empezado por decir que renunciaba a su abogado, Sergio Mercè, con el argumento de que no comparte su estrategia de defensa.
La renuncia ha molestado al juez, Pedro Martin que dirigiéndose a Angie le ha dicho que el suyo es "un caso paradigmático de fraude procesal". También ha enfurecido a familiares y amigos de la víctima, que estaban en la sala y que han continuado reclamando justicia en la calle, con fotografías de Ana Páez.
Maria Carmen, amiga de la madre de Ana Páez, que cuando murió asfixiada tenía 35 años, expresaba así su rabia: "Ella tragando tierra con 35 años y esta viene y pide que quiere otro abogado. No hay derecho, no hay derecho".
El juicio se ha fijado para el próximo 20 de febrero para que la acusada tenga tiempo de preparar su defensa con la nueva abogada, Carmen Gómez, que ha aceptado hacerse cargo del caso.
A mediados de marzo se cumplirán 4 años desde que Angie ingresó en prisión provisional, el plazo máximo que prevé la ley, por lo tanto deberá salir en libertad.
La fiscalía y el abogado de la acusación particular, Emilio Zegrí han pedido que continúe entre rejas. Uno de los letrados de una entidad bancaria cree que si la acusada sale en libertad se corre el peligro de que huya habiendo demostrado, ha dicho, su habilidad para suplantar la identidad de otras personas, como la víctima, a quien presuntamente mató tras adormecerla con cloroformo y ponerle un bolsa de plástico en la cabeza.
El tribunal tiene la última palabra sobre si la deja salir o prorroga la prisión provisional y descuenta después este tiempo de la condena final.