Un socio más del Puerta Bonita: Jaime Lissavetzky

El portavoz municipal socialista visita el antiguo canódromo, reconvertido en centro deportivo, instalaciones que utiliza el club, considerado uno de los más antiguos de la ciudad de Madrid

Primero canódromo, luego velódromo, ahora campo de fútbol en evidente estado de deterioro y ejemplo de la denuncia del déficit deportivo que hace la Asociación de vecinos "Amigos del Canódromo" -surgidos ya antes de que el recinto se reconvirtiera para uso futbolístico-, barrio de San Isidro. La denuncia la hace extensiva Jaime Lissavetzky a gran parte de la ciudad, entiende que el ayuntamiento de Madrid no hace apuesta por el "deporte base". Junto al polideportivo de Gallur, parcialmente cerrado -solo está en funcionamiento la piscina-, el portavoz socialista ha criticado el estado de unas instalaciones que atienden a los vecinos de dos distritos, Carabanchel y Latina, que suman más de medio millón de habitantes.

La actitud pasiva en infraestructuras, equipamientos y promoción del deporte base es la razón por la que Lissavetzky reclama un censo madrileño de instalaciones deportivas actualizado, como diagnóstico general. No se puede -mantiene el socialista- "llenarse la boca" el ayuntamiento con la apuesta olímpica (que respalda sin fisura alguna), hace falta saber que para optar a los Juegos Olímpicos hay que "pasar primero por aprobar la asignatura del deporte de base". Concepción Magro, presidenta de la Asociación de vecinos "Amigos del Canódromo', ha aprovechado la visita política para repetir que la zona de San Isidro, progresa pero en el peor sentido, "cada vez más degradada y olvidada" por abandono y deficiencias que vienen denunciando desde hace años.