Sociedad
Reportaje:

Cañada Real: el narcotráfico del día a día

Una micra de heroína, la dosis mas solicitada por los drogodependientes, no llega a los 8 euros.

La Ser recorre la zona con los agentes de la Unidad Central de Investigación de la Policía Municipal de Madrid.Mas de 40 funcionarios integran esta unidad diseñada para prevenir el delito.

Cañada Real, hora cero y contando para una solución integral de esta amplia zona degrada hasta limites insorportables. A menos de dos kilómetros de la autovía de Valencia, el acceso a la Cañada se convierte un día si y otro también en la avenida del trapicheo. Por unos 7 euros se puede comprar una micra de heroína.

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Los agentes de la Unidad Central de Investigación de la policía municipal de Madrid lo constatan y lo combaten. Con ellos, la Ser ha recorrido el área principal de distribución de droga.

Los heroinómanos son las víctimas definitivas del menudeo de la droga. En eso la situación no ha cambiado nada en los últimos 10 años. Ya no aparecen por el centro de la capital, pero deambulan por la Cañada.

Arriba y abajo por la única carretera que existe y a ambos lados: muros que delimitan fincas en cuyo interior se vende la dosis.

Si una operación policial concluye con el derribo de las edificaciones de los narcos, al día siguiente ya están operando en la vivienda de al lado que han adquirido por 60.000 euros. Y vuelta a empezar. Solo 3 familias controlan este negocio, las mismas familias que hace 10 años.

Un negocio que pasa de padres a hijos porque ellos no tocan la sustancia, solo el dinero que genera que puede alcanzar hasta los 200.000 euros semanales. Son los señores de la heroína con una legión de drogadictos a su servicio: las machacas, esclavos de la heroína y esclavos de su señor el narco

La Cañada Real que se enfrenta a una ley para que legalmente comience a existir, pero que parte con el lastre de ser la zona de venta de heroína y cocaína al menor más importante de toda Europa.

Agente de la Unidad Central de Investigación de la Policía Municipal de Madrid.

Una toxicómana denuncia su situación de abandono.