La Cámara de Cuentas detecta irregularidades en la Universidad Politécnica
La UPM gastó 137.000 euros en tres coches de 'renting', siete ordenadores por 27.000 euros. La Cámara de Cuentas alerta que hubo gastos propios de las tarjetas de los investigadores sin justificar
Protestas de los trabajadores ante los despidos en la UPM(CADENA SER)
La Universidad Politécnica de Madrid no ha escatimado en recursos. El Rectorado tiró la casa por la ventana en los últimos 4 años. Cifras muy elevadas para gastos corrientes, que dan buena cuenta de cómo se ha mirado el bolsillo en la Universidad Politécnica antes de los recortes, una universidad en 'números rojos'.
Según los documentos de la Cámara de Cuentas a los que ha tenido acceso la Cadena SER, en 2011, la UPM gastó 137.000 euros en la adquisición mediante 'renting' de tres coches para el rectorado.
Hace sólo unos meses, en octubre, compró siete ordenadores para la Oficina de Transferencia de Tecnología que le han costado casi 27.000 euros, es decir, unos 3.800 euros por cada 'Mac Book Pro'.
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Para este año y el que viene, la Universidad Politécnica tiene abierta la licitación para adjudicar el servicio de seguridad privada por valor de 10 millones de euros.
También se han detectado cifras elevadas para gastos de telefonía fija. La Politécnica se ha gastado en este concepto, entre los años de 2009 y 2011, tres millones y medio de euros.
Irregularidades
Son datos del informe de fiscalización de la universidad realizado por la Cámara de Cuentas. En este informe se han descubierto algunas irregularidades en la actividad económico-financiera de la UPM.
Por ejemplo, se registran como gastos propios los de las tarjetas de los investigadores que quedan sin justificar al final del ejercicio, es decir "se incluyen importes indebidamente cargados a las arcas de la universidad", según alerta la Cámara de Cuentas.
Según este informe, "hay gastos de kilometraje de un total de 84.000 euros en 2011 que no se justifican o pueden resultar increíbles". Por ejemplo gastos de un investigador en Madrid en días en los que, según alguna de las liquidaciones, tendría que estar a cientos de kilómetros de distancia.
