Perera roza un triunfo grande en la Maestranza
Si no de la Puerta del Príncipe, la espada le privó de cortar una segunda oreja en el sexto de la tarde
El diestro extremeño Miguel Ángel Perera ha rozado un triunfo grande este sábado en la Real Maestranza en el segundo festejo de la feria de San Miguel. Si no de Puerta del Príncipe, el fallo con la espada sí le privó de lograr un segundo trofeo en el toro que cerró plaza. El Cid dio la vuelta al ruedo en el segundo de su lote.
Entretenido resultó el segundo festejo de la feria de San Miguel, fundamentalmente por el buen juego de los toros de Olga Jiménez Fernández y sobre todo por el buen nivel mostrado por el diestro extremeño Miguel Ángel Perera, que le cortó una oreja a su primero y, de no fallar con la espada, hubiera logrado otra en el sexto.
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Se lidiaron cuatro toros de Olga Jiménez Fernández y dos -segundo y quinto- de Hermanos García Jiménez, correctos de presentación y de buen juego en conjunto a excepción precisamente de los del hierro de García Jiménez, también los peor presentados. Primero, cuarto y sexto fueron aplaudidos en el arrastre.
Manuel Jesús 'El Cid', de azul rey y oro, saludos y vuelta al ruedo tras leve petición.
Sebastián Castella, de azul turquesa y oro, silencio y silencio.
Miguel Ángel Perera, de azul purísima y oro, una oreja y saludos.
En cuadrillas, Javier Ambel y Vicente Herrera saludaron tras banderillear al segundo, al que lidió perfecto José Chacón. También saludaron en banderillas Joselito Gutiérrez, Juan Sierra y Guillermo Barbero.
La plaza registró algo más de media entrada en tarde agradable.
Abrió plaza El Cid ante un toro bueno y noble, pero justo de fuerza y raza, tanto que el de Salteras le enjaretó tres series estimables por el pitón derecho antes de que el animal se apagara. Brindó al cuarto, otro buen toro al que Manuel afianzó a base de temple, corrigiéndole el punto rebrincado de su embestida. El de Olga Jiménez fue más exigente por el pitón izquierdo y tras una estocada atravesada la petición no acabó de ser suficiente.
El francés Sebastián Castella pechó, sin duda, con el peor lote de la tarde. Su primero llegó a la muleta moribundo, y el quinto, de escaso poder y muy incierto, se empleó sin entrega.
El triunfador de la tarde fue Miguel Ángel Perera. Muy templado a la verónica ante su primero, al que a base de firmeza le realizó una faena de menos a más, recordando en su final al mejor Paco Ojeda y su toreo de parón y jugándosela en las manoletinas del epílogo. En el sexto salió a por todas, recibiéndolo a portagayola antes de templarse a la verónica en extraordinarios lances. Brindó al público una faena intensa en la que el toro le ganó la acción por el pitón izquierdo aunque no perdió un ápice de interés. La pena fue el fallo con la espada porque quién sabe si hubiera descerrojado la Puerta del Príncipe.
