Economía y negocios

El banco malo se niega a promover el alquiler social en Madrid

La presidenta de la Sareb responde a Lissavetzky que las 738 viviendas de las que disponen en Madrid no serán destinadas a fines sociales, como reclamaba el PSOE

Las viviendas del llamado banco malo no serán, en ningún caso, para fines sociales. La petición que le trasladó el portavoz socialista, Jaime Lissavetzky, a la presidenta de la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración de la Banca), Belén Romana, es que los pisos en desuso que gestiona fueran utilizados para alquileres sociales.

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El Estado puso mucho dinero para rescatar entidades como Bankia, aunque esos activos tóxicos, procedentes del ladrillo, no van a tener ahora un destino social. Una posibilidad que se esfuma para las más de 13.000 personas en lista de espera para acceder a una vivienda pública. El banco malo dispone de 738 viviendas en el municipio de Madrid. Son viviendas procedentes de los activos transferidos por las entidades rescatadas, entre ellas Bankia. Muchas de ellas están ya a la venta o en oferta de alquiler y, por lo tanto, no disponibles, según la respuesta oficial que han facilitado al grupo socialista.

"La negativa de esta sociedad no me parece adecuada porque este banco malo no adquiere un compromiso y deja esos pisos en el limbo, vacíos y esperando a alguien que los utilice", denuncia el portavoz del grupo municipal socialista, Jaime Lissavetzky.

Durante el Debate del Estado de la Ciudad, Lissavetzky reclamó a Ana Botella que el Ayuntamiento se implicara. Como la alcaldesa se desentendió, el portavoz socialista mantuvo un encuentro durante el mes de julio con la presidenta de la Sareb, Belén Romana. Su único compromiso fue que estaba abierta a discutir soluciones sobre el alquiler asequible de estas viviendas, pero siempre en condiciones de mercado.

"No venden los pisos y no los utilizan, es inexplicable, como lo es la política de vivienda del Ayuntamiento de Madrid y de Ana Botella con la dejadez que tiene por desentenderse de sus responsabilidades por mantener una Empresa Municipal de Vivienda y Suelo, cuyo objetivo es el carácter social", añade Lissavetzky.

El alquiler "en condiciones no de mercado queda claramente fuera del mandato legal que recibió Sareb para enajenar los activos que le fueron transferidos", explican desde el banco malo.