El Picasso más íntimo en su taller se muestra en la Fundación Mapfre

Se han reunido cerca de 80 lienzos, 60 dibujos y grabados, fotografías y algunas paletas que utilizó el artista. Son obras poco vistas por el público español que pertenecen a la familia del pintor, a colecciones particulares y distintos museos

La muestra reúne obras de una treintena de prestigiosas colecciones públicas de países que van desde Japón a Nueva York pasando por Jerusalén, de colecciones particulares que pocas veces se muestran al público y de piezas que pertenecen a distintos herederos del artista malagueño. El eje de la muestra es el proceso de creación que en sus diferentes estudios desarrolló Picasso donde el taller se convierte en espacio de experimentación y en reflexión sobre su propio trabajo convirtiendo esas visiones en cuadros, grabados y esculturas como 'paisajes interiores', como él mismo decía.

El taller fue siempre para Picasso su principal laboratorio para crear y componer sus bodegones y naturalezas muertas, su espacio para ilustrar sus visiones y obsesiones sobre la relación entre el artista y la modelo, la recreación de su santuario de trabajo y las imágenes del exterior que veía desde esos espacios. La muestra nos enseña que esas traslaciones las mantuvo Picasso a lo largo de toda su carrera artística y así la exposición se convierte también en otra visión de su evolución creadora.

El recorrido por las salas de la Fundación Mapfre se abre con el famoso Autorretrato con Paleta, de 1906 (Philadelphia Museum of Art) y concluye con el también autorretrato Hombre en el taburete, de 1969, presentado por única vez en la primera exposición del Palais des Papes de Avignon en 1970. Entre ambas obras transcurren más de 60 años de su vida artística en las que Picasso se autorrepresenta como pintor en una visión más íntima de su trabajo. También se han incluído algunas de las paletas que utilizó Picasso con sedimentos de los colores que quearon sobre la madera.