Sin acuerdo sobre la ley turística

No ha habido entendimiento sobre el desarollo turístico de Canarias en la reunión del presidente del Cabildo de Gran Canaria y el de Tenerife. Cada uno sigue instalado en sus posiciones y lo único que se ha sacado en claro es que se van a estudiar las propuestas de cada isla

Una reunión sin resultados. Así se puede calificar el encuentro que han mantenido el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, con su homólogo grancanario, José Miguel Bravo de Laguna, antes de la asamblea general de la FECAI. Durante una hora y media han hablado de asuntos en común de las dos islas capitalinas, aunque parece que las posturas no se han movido demasiado, sobre todo en lo que tiene que ver con las reclamaciones grancanaria a la nueva ley turística. Esta isla está pidiendo que se deje construir hoteles de cuatro estrellas en suelo nuevo, mientras que desde Tenerife se cree que se debe crecer únicamente en la oferta alojativa que genere empleo, que consideran que son los cinco estrellas. Lo único que han sacado en claro es que se han comprometido a estudiar las posiciones de cada isla en este asunto.

Los dos presidentes también han hablado del caso del padrón de Tenerife. José Miguel Bravo de Laguna asegura que el tema aún está abierto "porque hay un tema de compensaciones por excesos de ingresos, aunque se haya cerrado en el ámbito penal". Carlos Alonso, por su parte, dice que "las compensaciones y liquidaciones siempre están sometidos a criterios de negociación", y que por lo tanto, es un tema que ya se resolverá.

Alonso y Bravo de Laguna también se han pronunciado sobre la consulta popular planteada por el Gobierno de Canarias. El primero se muestra contrario a las prospecciones petrolíferas, aunque considera que hay que buscar un mayor diálogo entre las administraciones. "En cuanto a la consulta, ya dirá el Parlamento de Canarias lo que establece y será el Estado el que se tiene que pronunciar". El segundo, por su parte, no es favorable "a que proliferen las consultas porque en las democracias más consolidadas como las de Estados Unidos o Inglaterra no se hacen normalmente". "Las consultas pueden ser muy democráticas y pueden ser también utilizadas por sistemas menos democráticos, y la historia lo demuestra".