La mujer acusada del accidente de Cerrado de Calderón asegura al tribunal que perdió el control del coche
Como consecuencia del suceso falleció un hombre y su hijo mientras que otro vástago resultó con heridas graves. La fiscalía mantiene que la mujer iba demasiado rápido y hablando por el móvil, se enfrenta a tres años y medio de prisión
La mujer dió negativo en la prueba del alcohol, tampoco se reconocieron elementos físicos que alteraran su capacidad de conducir y el estado del vehículo era correcto en cuanto a los elementos que componen la aceleración, freno y dirección.
La mujer acusada de atropellar mortalmente a un padre y su hijo junto al colegio Cerrado de Calderón de la capital malagueña, en 2011 , asegura ante el tribunal que perdió el control del coche porque se encontró un vehículo mal estacionado.
Más información
Entre sollozos en su declaración ante la sala en la que se celebra el juicio por este caso la acusada mantiene que iba camino del colegio de sus hijos cuando se encontró, en mitad de una curva, un coche que ocupaba parte de la carretera, lo esquivó y perdió el control del coche. No pudo recuperarlo pese a que dice que lo intentó: parar el coche, activar el freno de mano, tocar el claxon para avisar a los viandantes, pero no pudo. No recuerda haber atropellado a las víctimas, asegura que conocía la zona porque lleva todos los días a sus hijos, que llegó con tiempo para recogerlos y niega categóricamente que fuera hablando por el teléfono móvil como sostienen las acusaciones, dice la mujer que la única llamada que realizó fue después del siniestro para avisar de lo ocurrido.
En la vista también han intervenido los policías locales que investigaron el atropello. Aseguran que la mujer perdió el control del coche no se saben las circunstancias pero no se ha localizado el coche supuestamente mal aparcado, se subió a la acera a una velocidad de entre 40 y 50 kilómetros por hora, excesiva para la zona, recorrió 16 metros hasta atropellar a las víctimas , después siguió su marcha hasta chocar contra un coche al que desplazo cerca de diez metros. En todo caso a una velocidad mayor de la permitida.
Tanto la fiscalía como la acusación particular que ejerce la familia de las víctimas piden para esta mujer una pena de tres años y medio de cárcel. Mantienen que la acusada iba hablando por teléfono y a velocidad excesiva, perdió el control del coche y se desencadenó el suceso que acabó con el atropello mortal a un padre y su hijo y heridas graves a otro de los vástagos.
