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Renta de las familias vascas: hay diferencia si el perceptor principal es hombre o mujer

Se puede afirmar que existe una "brecha de género" en los ingresos familiares

Si el perceptor principal es hombre, las familias tienen unos ingresos medios de 46.513 euros, concentrándose en su mayor parte en los estratos intermedios y altos, mientras que, si es mujer, la renta familiar media se sitúa en 34.717 euros y se concentran en los estratos de renta más bajos.

Hay que tener en cuenta que la renta familiar media de la C.A. de Euskadi se situaba en 42.192 euros. Los ingresos medios para el conjunto de las familias vascas correspondían a más del doble de la renta personal media.

Cuando se analizan los datos de la renta desde el punto de vista del tamaño familiar, también queda en evidencia la notable diferencia existente a favor del hombre. Así, para un tamaño familiar de 1 persona, la renta familiar media ascendía a un total de 27.290 euros si el perceptor principal era hombre frente a los 19.770 euros si era mujer. Esta situación se mantiene para todos los tamaños familiares estudiados. En el caso de 2 personas, la renta familiar era de 38.642 euros para los hombres y de 35.041 para las mujeres, y para un tamaño de 3 a 5 personas se elevaba a 56.943 euros y 51.105 euros, respectivamente.

Conciliación de la vida personal y familiar

En Euskadi las mujeres que trabajaban fuera de casa destinaban 4,6 horas diarias al cuidado de los hijos e hijas menores de 15 años, mientras que los hombres empleaban 2,9 horas diarias. Estas diferencias se agravan en el caso del cuidado de las personas dependientes, actividad a la que los hombres dedicaban 1,4 horas diarias y las mujeres el doble (2,9 horas).

Casi la mitad de las mujeres ocupadas (47,9%), además de su dedicación al trabajo remunerado, destinaban también 5 horas o más al día al cuidado de menores y hasta un 20,8% dedicaban ese mismo tiempo al cuidado de dependientes. A su vez, el 49,1% de los hombres ocupados colaboraba con 2 o menos horas atendiendo al cuidado de sus hijos e hijas.

El reparto de tareas domésticas por sexo entre los ocupados y ocupadas resulta aún más desigual: nueve de cada diez hombres (91,5%) dedicaba 2 o menos horas a esas tareas, mientras que una de cada cuatro mujeres (27,9%) empleaban 3 horas o más.

La fecundidad sigue en niveles bajos y casi desaparecen los terceros hijos, mientras la nupcialidad desciende

Por otro lado, el análisis de los Indicadores Demográficos permite prever que un varón recién nacido en la C.A. de Euskadi viva casi 79 años y tenga una probabilidad de casarse del 49%. En el caso de que sea mujer, su esperanza de vida se prolongará hasta los 85,4 años, su probabilidad de casarse será de algo más de 54% y tendrá un solo hijo. En ambos casos se mudarán de residencia 8 veces a lo largo de su vida.

Tanto los hombres como las mujeres han experimentado un incremento constante de su esperanza de vida. Atendiendo a los indicadores observados hace 35 años (69,6 años de esperanza de vida para varones y 76,9 años para las mujeres en 1975), se constata que la esperanza de vida de las mujeres se ha incrementado en 8,5 años y la de los hombres en 9,3. En el 2025 las proyecciones de población sitúan la esperanza de vida de las mujeres en 88,4 años y en 82,6 años la de los hombres. La diferencia entre las esperanzas de vida de ambos sexos se ha reducido a 6,6 años desde la máxima de 8,7 que se dio hace 20 años, y continuará esta progresión en el futuro alcanzado el valor de 5,8 en 2026.

La fecundidad se halla en límites bajos si se compara con la que se registra en los países de nuestro entorno. En 2011 el promedio de hijos se situaba en 1,3, muy lejos de los 2,7 hijos de media obtenidos en 1975 y de los 2,1 necesarios para el reemplazo generacional. La edad media para la maternidad se sitúa alrededor de los 32 años, 3,8 años más tardía que en 1975.

Mayor presencia de mujeres en las universidades vascas

La distribución por género en las aulas universitarias refleja la diferencia a favor de la mujer en el acceso a la universidad, cifrada en 8 puntos porcentuales: el 54% eran mujeres, frente al 46 % de hombres, según datos del curso 2011/2012. Esta mayor presencia de las mujeres se producía en todos los tipos de estudios: masteres oficiales (57%), primero y segundo ciclo (53%), grados (54%) y doctorados (53%). Por otra parte, se graduaron un total de 12.253 jóvenes, de los cuales el 60% fueron mujeres.

Con respecto al tipo de estudios, se observa una diferencia con respecto a la especialización de los estudios, prefiriendo de forma mayoritaria las mujeres (61%) aquellos que se engloban dentro de las Ciencias Sociales y Jurídicas. En cambio, el 83% de los hombres se reparte entre Ingeniería-Arquitectura y Ciencias Sociales y Jurídicas. Es muy significativa la preferencia de las chicas por los estudios de Ciencias de la Salud (8%), con respecto a los chicos (3%).

 

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