Bidasoa deja escapar otra oprtunidad para la salvación

Bidasoa Irún no levanta cabeza. La derrota ante el Cuenca deja el camino de la permanencia muy complicado para los irundarras.

No hay manera de que el Bidasoa Irún logre una nueva victoria en la Liga Asobal.

Artaleku volvió a vivir una nueva derrota de los de Fernando Bolea ante el Ciudad Encatada Cuenca (20-21).

El Bidasoa salió a comerse al equipo conquense desde el inicio del partido, conscientes de que las oportunidades de salvación pasaban por derrotar al Cuenca, basándose en una gran defensa, además del acierto en portería de Asier Zubiria.

Así en el ecuador de la primera mitad, minuto 15, la ventaja amarilla era de tres goles (5-2), gracias como decíamos al buen trabajo en defensa y a la aportación en portería de un Zubiria que dejaba sin éxito los tiros a puerta de los conquenses.

En el banquillo contrario, estaba todo un veterano y con mil tablas, Zupo Equisoain, que pedía un tiempo muerto para arengar y corregir a sus jugadores.

Y surtió efecto porque el parcial para sus intereses fue de 2-6 lo que colocaba el luminoso en un (7-8) para el Ciudad Encantada con tan solo un gol de Azkue y además desde los siete metros

Al descanso un gol arriba para los de Zupo Equisoain (9-10)

En la segunda mitad, seguía el equilibrio en el campo y en el marcador, pero siempre con ventaja para los de Cuenca, que mantenía a raya a un Bidasoa que era capaz de igualar la contienda, sobre todo con los goles Källman que llegaron a poner a Bidasoa dos goles arriba (15-13) en el ecuador de esta segunda mitad y daba esperanzas para que los puntos se quedaran en Irún.

Pero un parcial visitante de 0-3 volvía a traer el pesimismo con el 15-16 en el tanteador y a pesar que Azkue igualaba a 16, pero a falta de cinco para el final, los visitantes se iban de dos goles y el partido parecía sentenciado.

Aldunate y Díaz de Cerio le han dado emoción al partido, lograban igualar el choque, e incluso tuvieron un ataque para ponerse por delante, pero el meta Oliva abortó la ocasión y al final el 20-21 dejó helado a los 1900 espectadores que acudieron al pabellón irundarras y con los brazos caídos a unos jugadores que lo dieron todo, pero una vez más, la película acabó con la derrota de los de Fernando Bolea que se lamentaba de haber perdido un partido más y una nueva ocasión de lograr el objetivo de la permanencia.