La Real empata (2-2) en Balaidos ante un Celta con diez toda la segunda parte

La Real comenzó con fuerza, se puso (0-1) con el primer gol de Canales con la elástica blanquiazul, pero en la segunda, con muchos problemas defensivos, se dejó empatar un partido en que tuvo la ventaja de jugar ante diez por la expulsión de Aurtenetxe

Los partidos no son como empiezan, sino como acaban y la Real lo ha demostrado en Balaidos, donde comenzó mandando en el primer cuarto de hora, con gol incluido de Sergio Canales, el primero del cántabro con la camiseta txuri urdin en el minuto ocho de partido.

Incluso las tuvo y pares, Iñigo Martínez, pero no acertó con la meta rival.

A raíz de esa circunstancia, comienza a estirarse el Celta y la Real a mostrar debilidad, así Nolito dispara con la zurza y despeja Claudio Bravo (22').

Cinco minutos después, la tiene Kronh Delli que de nuevo vuelve a abortar el meta chileno.

En el 28, amarilla a Iñigo Martínez, la quinta, que le impedirá jugar ante el Espanyol.

Y tanto iba el cántaro a la fuente que tenía que romperse y se rompió en el minuto 37. Penalti, a mi forma de ver, riguroso de Iñigo sobre Mario Bermejo, tanto es así que Estrada Fernández no saca la que hubiera sido la segunda amarilla y por lo tanto la expulsión de Iñigo Martínez.

Nolito se sitúa en los once metros y aunque Bravo adivina su lado izquierdo, no llega y el Celta empata el partido.

La Real pedía llegar al descanso, pero las cosas de este deporte son como son.

Llegaba el minuto 42, Agirretxe deja de cabeza a Griezmann dentro del área, se la acomoda, tras girarse en la derecha y con la mala y de bolea, tras pegar en larguero, se cuela en la meta de Joel, poniendo el 1-2 con el que se llegaría al tiempo de descanso.

Si embargo, lo ofrecido por los de Jagoba Arrasate dejaba muchas incógnitas para los segundos 45 minutos.

Pero a los tres minutos de la reanudación, Aurtenetxe, de foma violenta cortaba un contragolpe de Carlos Vela y el trencilla le mostraba la roja directa con lo que la Real tenía ventaja en el campo para prácticamente toda la segunda mitad.

La Real tenía el camino abierto para finiquitar el partido y la tuvo en el minuto 57 por medio de Antoine Griezmann que solo ante Joel y con su pierna buena, la zurda, busca el palo corto pero la envía fuera en lo que fue la oportunidad para finiquitar el partido.

Luis Enrique mueve ficha y saca a Orellana y Santi Mina por Augusto y Bermejo y poco después a Iñigo López por Cabral.

El partido se vuelve loco y la Real comienza a dar las malas sensaciones que nos tiene habituados, el Celta se crece, Griezmann ve la amarilla ( 72') que además es la quinta y tampoco jugará ante el Espanyol.

Arrasate tiene que dar entrada a Rubén Pardo porque Sergio Canales cojea de forma manifiesta y lo peor quedaba por llegar.

A nueve minutos para el final del partido (81'), Santi Mina recibe un balón sin marcaje en la frontal del área, un caramelo que no desaprovecha para con la derecha batir por bajo al chileno, Claudio Bravo, y poner el que sería el definitivo 2-2 en el luminoso de Balaidos.

Quedaban nueve minutos y Arrasate sentaba a Agirretxe y Zurutuza para meter a Seferovic y Chory Castro, que solo sirvió para que estuvieran un rato en el césped gallego.

Mal, muy mal la Real, muy nerviosa sin balón, sufriendo en exceso y sin dinamita con el cuero a pesar de las ocasiones que debieron de haber entrado, pero sigo pensando que a la Real le falta gasolina y da demasiados vuelos a sus rivales que acaban subiéndoseles a las barbas.

Para colmo de malas, las quintas amarillas a Iñigo Martínez y Antoine Griezmann que serán baja ante el Espanyol, próxima cita para los realistas, que con el empate en Balidos, dicen adiós definitivamente a la cuarta plaza y complican una quinta que daría la Europa League sin tener que jugar previas.

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