El verano de Chillida
La sala Kubo de Kutxa acogerá a partir del 18 de junio una exposición con tres aspectos de su trayectoria: su obra pública, las huellas que dejó entre 1950 y el año 2000 y un espacio dedicado en exclusiva al Peine del Viento
Desde 1992 Donostia no ofrecía una exposición tan destacada sobre el escultor vasco más universal, Eduardo Chillida. En esta ocasión se trata de ofrecer la faceta más cercana y humana del artista, preocupado por su entorno, defensor a ultranza de los derechos humanos y de la naturaleza.
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Según explicó el hijo del escultor, Ignacio Chillida, comisario de la muestra, "la exposición trata del Chillida donostiarra y ciudadano de este país, se titula Bideak, y habla de los caminos que recorrió en su obra, en su comportamiento ético, en sus logotipos, en su faceta más comprometida". La muestra aprovecha los tres espacios de la sala Kubo para articular tres bloques. Las obras expuestas en la primera sala recogerán los monumentos públicos del artista, unos trabajos por los que, recordaba su hijo Ignacio, "no ganó dinero, todos cobraron por el Peine del Viento menos él". En este apartado incluyen su faceta más próxima al mundo del diseño gráfico a través de sus logotipos, como el de la Universidad del País Vasco o el de Amnistía.
Las obras de la segunda sala oscilan en un amplio periodo de tiempo, de 1954 hasta el año 2000. Los organizadores de la muestra aclaran que no pretenden conformar un bloque antológico o cronológico, sino una visión lo más completa del trabajo del artista. En este apartado se podrán ver collages, dibujos, grabados, gravitaciones y esculturas de acero, granito, alabastro o tierra.
La tercera sala estará dedicada en su integridad a la obra más emblemática de Eduardo Chillida: el Peine del Viento, situado en un extremo de la bahía de la Concha de San Sebastián. Una escultura en acero cortén para resistir la fuerte erosión del mar, que se compone de tres sólidas formas aferradas a la roca. En este apartado podrán verse documentos inéditos hasta el momento sobre los trabajos preparatorios del artista previos a la ejecución de la obra. En la sala de exposiciones podrá verse un Peine del Viento de 6.100 kilos, para lo cual ha sido necesario consultar si el suelo resistiría semejante peso. La respuesta de los ingenieros fue que sí.
En total serán 130 obras expuestas hasta el 30 de septiembre, 40 de ellas esculturas, el resto obra en papel. Carlos Ruiz, responsable de la obra social de Kutxa auguró que se convertirá en la exposición más importante del verano, que esperan atraer a más de 100.000 visitantes y que creen que será uno de los atractivos del verano en la ciudad.
Respecto al museo Chillida Leku, cerrado al público desde hace tres años, el hijo del escultor explicó que continúan manteniendo conversaciones con el Gobierno Vasco, "las negociaciones van bien, en buen clima de ilusión, pero todavía hay que avanzar muchísimo". El responsable de Kutxa manifestó la disposición de la entidad bancaria a colaborar con el proyecto "de forma simbólica" a la espera de que les llegue alguna propuesta concreta.
Ignacio Chillida
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