Empate con sabor a victoria

El delantero tolosarra marcó su primer gol en Primera, un tanto que permite a los eibarres sumar otro vailoso punto y abrir un pequeño hueco con el descenso de cuatro puntos.

El equipo de Garitano no tiene complejos, ni miedos. Disfruta de competir en Primera. Y eso hace. Sale con todo desde el principio. El asunto es que si además logra ponerse por delante cuando el encuentro todavía está tierno, el rival, y más en feudo guipuzcoano, lo tiene complicado. Una guardia pretoriana salvaguarda a Irureta. Minimizan los espacios.

Lo que vino luego fue la posesión del balón por parte de los visitantes. Inocua, por otro lado. La movilidad de Uche y Gerard se evaporó entre Albentosa y Ekiza. Mientras Boateng y Dani García se incrustaban en su defensa para crear una muralla imposible para el Villarreal. La posesión del Villarreal, sin embargo, chocó frontalmente con que el Eibar tenía controlado el partido. Marcelino cambió fichas en el descanso. Debía buscar alternativas para romper esa retaguardia y encontrar espacios.

El Villarreal quería el empate. Y al final encontró una vía de entrada uno de los jugadores con mayor talento del equipo amarillo. Bruno Soriano habilitó a Gerar Moreno con un buen pase y el delantero le pegó con la izquierda. El balón, inalcanzable para el meta del Eibar, acabó en gol. Y empujó de nuevo el conjunto de Marcelino. Un chut de Cheryshev precedió a un potente disparo de Luciano Vietto que salvó Irureta. Intenso, emocionante, con opciones para unos y otros se dibujó el final del duelo. El resultado acabó en tablas tras un entretenido partido.