México lindo
La otra crónica del viaje del lehendakari al país azteca. Y a pesar de todo, México es un país de oportunidades. Hasta Ronaldinho, el ex del Barcelona, ha encontrado la suya en los ‘Gallos blancos’ de Querétaro, con algún kilo de más y menos puntería que nunca. Por David Yurre
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México
El lehendakari visita estos días México, identificado en la estrategia de internacionalización del Gobierno vasco como un país prioritario. Un mercado que hace tiempo descubrieron Irizar, Aernnova, Gamesa o el propio BBVA, pero estamos ante una economía emergente repleta de tentadoras oportunidades para éstas y otras empresas vascas que buscan en el exterior, lo que ahora no encuentran en casa.
La primera frase que escuché en suelo mexicano se la dijo uno de los conductores a una representante de la delegación vasca: “bienvenida, niña bonita, si gustan ir pasando al autocar”.
No gusta. El tráfico en México es un caos. Al menos en el México que hemos visto en poco más de 24 horas. Carreteras colapsadas y conductores que suman tantas infracciones como horas al volante.
Y eso que los mexicanos se toman muy en serio lo del alcohol. En todos los envases se incluyen advertencias saludables. Hasta en la ‘suave’ Corona, que en España se llamó Coronita para no incomodar a la monarquía, se puede leer “abusar del consumo perjudica la salud”.
En México se trabaja mucho, pero eso no significa escapar de la pobreza. Lo dice la OCDE. Según un informe de este mismo año, casi un 20% de los trabajadores no cuenta con el ingreso suficiente para cubrir sus necesidades básicas.
Los índices de inseguridad y violencia han aumentado en los últimos años. Lo dicen otros informes. Aquí, el Estado del Bienestar es un artículo de lujo al alcance de muy pocos. Así que lo de no beber agua directamente del grifo, es un mal menor que solo inquieta al visitante.
Y a pesar de todo, México es un país de oportunidades. Hasta Ronaldinho, el ex del Barcelona, ha encontrado la suya en los ‘Gallos blancos’ de Querétaro, con algún kilo de más y menos puntería que nunca.
El lehendakari ha venido en busca ese México lindo que cantaba Negrete y que existe, aunque cueste verlo.
