Bilbao radiografía el fenómeno del botellón

Son jóvenes, tienen entre 16 y 26 años, y siete de cada diez practican el botellón todos los fines de semana. La gran mayoría consumen alcohol, en muchos casos bebidas de alta graduación; la mitad fuma tabaco, el 40% cannabis y solo un 10% otras sustancias. Éste es el perfil que se han encontrado los equipos de calle al realizar el diagnóstico entre les meses de febrero y diciembre del año pasado. "Son datos que suponíamos, no nos sorprenden, pero ahora lo tenemos contrastado", ha explicado en comisión a los grupos políticos la directora de la fundación Gizagune, Yolanda Muñoz. También han constatado un cambio de actitud con la edad, beben más los más jóvenes porque "los adolescentes rompen con la norma en todos los ámbitos, después ellos mismos cambian de discurso".

Reconocen que generan problemas de suciedad, de hecho "se avergüenzan" de ello, pero no todos admiten molestias por ruido. Por eso, "sí creen que hay que modificar los comportamientos", pero no se plantean dejar de hacer botellón. El informe ha confirmado que las sanciones económicas no suponen un freno y tampoco es un problema de falta de información, "son conscientes de los perjuicios para la salud" pero lo ven como un elemento socializador. Los jóvenes que practican botellón lo hacen en grupos, de cinco o siete personas, y no se "esconden" de nadie, las zonas elegidas son espacios iluminados, cercanos a las zonas de fiesta y a los medios de transporte, y "son excepciones" cuando se producen destrozos del mobiliario o peleas.

Con estas conclusiones en la mano, el área de Euskera, Juventud y Deporte cree que la estrategia a seguir pasa por la educación, "más que el abordaje en la calle", según ha explicado el concejal, Sabin Anuzita. "Es una preocupación política y social" por lo que ha pedido a los grupos un pacto que tendría que ser extensible también a los propios jóvenes.