¡A la final!

Irun

¡A la final! Ese fue el grito unánime de todos los seguidores que se acercaron ayer por la tarde al Stadium Gal. Porque el Real Unión acababa de ganar 2-0 al Linares en la vuelta de las semifinales y se clasificaba por primera vez para jugar la gran final de la Copa Federación. No es logro extraordinario, pero no siempre se juegan finales por Irun, y no se puede obviar que llegar hasta la fase definitiva de esta competición ya asegura un premio económico de 30.000 euros, que pueden ser 90.000 euros en caso de ganar la competición, cantidades que vienen de perlas para las maltrechas arcas unionistas.

No era la competición prioritaria, pero Aitor Zulaika la ha sabido gestionar perfectamente, como sparring de verdad para la Liga y los jugadores han respondido llevando al club a cumplir un hito histórico al tener que jugar la primera final de la Copa Federación de su historia. Ya lograron ganar la fase del País Vasco, algo que nunca había sucedido en el centenario club irundarra, ahora jugar una final de esta competición por primera vez. Y todo tras solventar la eliminatoria, el partido de vuelta, por la vía rápida. Dos goles en los primeros cinco minutos dejaban más que encarrilada la eliminatoria. Pero aún así, después tocó sufrir.

Un golazo de falta de Josu Ozkoidi despejaba el camino para la gran final. Un lanzamiento perfectamente ejecutado desde la frontal de área. Y a los pocos minutos, Goikoetxea fusilaba en el área pequeña al portero del Linares tras cazar un rechace en un córner y ponía el 2-0, que sería a la postre definitivo. A partir de ahí poco o nada más ocurrió en la primera parte. Si acaso una caída dentro del área unionista que reclamaron como penalti los jugadores del Linares, pero no parecíó que hubiese nada punible.

En la segunda parte, el Linares adelantó línea, salió más agresivo, y eso lo sufrió el Real Unión. David Gámiz, el mejor del equipo rival, movió a su equipo con acierto y fruto de ello llegó un lanzamiento al palo que cantó como gol la mitad de la grada. Susto en el cuerpo para todos los seguidores que solventaron los unionistas con más ocasiones y un mayor dominio, algo que provocó frustración en los jugadores azulillos, lo que llevó a Fran Carles a hacer una dura entrada por la que vio la roja y dejó a su equipo con uno menos. Y ahí murió la eliminatoria. El rival de los irundarras en la gran final será el Club Deportivo Castellón, otro histórico ahora en tercera división.