Demasiadas dudas sin Taquan Dean

San Sebastián

Sin Taquan Dean era mucho más difícil lograr un triunfo en La Fonteta, la cancha maldita del GBC. Y así quedó demostrado en la clara y dolorosa derrota del conjunto donostiarra en cancha de Valencia Basket. Sobre todo en un arranque con demasiadas dudas en los de Jaume Ponsarnau, fruto sobre todo de una semana nefasta marcada por la inesperada marcha de su estrella anotadora a la liga iraní. Parecía que los donostiarras no se habían repuesto del mazazo tremendo que supuso entre semana esa pésima noticia.

Les afectó, no lo superaron como debían, y lo pagaron caro. Porque para cuando se dieron cuenta de que la vida sigue sin Taquan Dean, el Valencia Basket ya les había masacrado a triples (8/9). Ahí estuvo la clave del partido, el acierto anotador del equipo valenciano desde la línea exterior, con casi un 70% de acierto. Porque el GBC tampoco terminó con malos números en ataque, con más de un 60% de acierto, pero en defensa sufrieron en exceso, por la calidad del rival, y por ausencia de un jugador como Taquan Dean que daba mucho dinamismo al entramado defensivo.

Con todo, a pesar del pésimo arranque, el GBC peleaba al comenzar el segundo periodo sin encontrar la tecla para remontar, aunque por momentos lograba frenar la sangría valenciana. Aún así, el Valencia se marchaba de 20 sin que los de Ponsarnau pudieran apenas anotar. Al menos, el descanso llegaba a 55-37 tras un triplazo esperanzador de Dani Díez.

Tras el descanso, el GBC se quitó los miedos y las dudas, salió a morir matando, con mucho que ganar y poco que perder, buscando a David Doblas en la pintura. Estaba más batallador, pero le seguía costando anotar y tocaba estar atentos en defensa. Y cuando recortaba algo, los valencianos volvían a machacarle desde el triple, seguía su marcha con 13 triples y siguiendo 20 arriba. Era el turno de jugadores como Olaizola, que destacaban tratando de tirar del equipo, pero caía eliminado por faltas poco antes de finalizar el tercer tiempo.

En el último acto, Grimau y Jordan trataban de sumar también desde la línea exterior para recortar, pero el partido estaba ya perdido y los valencianos llegaban a 100 puntos mediado ese último cuarto de partido. Con todo, el Gipuzkoa Basket no bajó los brazos, tiró de orgullo para terminar con dignidad el partido, a pesar del doloroso 109-86 al finalizar el encuentro.

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