Historia

Los primeros autobuses de La Unión (y otras historias de la estación de la calle Francia)

En la sección de fotos antiguas nos acercamos a las historias e imágenes de la estación de autobuses de la calle Francia que se inauguró en 1950

Un autobús de la línea Vitoria-Bilbao de la Unión / Arque, Archivo Municipal de Vitoria

Vitoria

El domingo 29 de Enero de 1950 se efectuó la inauguración oficial de la Estación de Autobuses de Vitoria, situada en la calle Francia. Las crónicas de entonces señalan que en ese acto, que contó con la asistencia de las autoridades, se colocó un retrato del Generalísimo Franco.

La construcción se había realizado sobre el terreno ocupado anteriormente por el mercado de ganado.

Unos días antes, el 9 de Enero, ya había empezado a funcionar de hecho esta terminal, al salir el primer autobús con viajeros.

En la planta baja del edificio se situaron todos los servicios: taquillas, facturación, entrega y recogida de equipajes y mercancías, teléfono público, confitería, puesto de periódicos y revistas, estanco, peluquería y control de arbitrios, donde las mercancías eran grabadas con un impuesto municipal al entrar en la ciudad. Todo ello situado en un amplio vestíbulo con estilo de arquitectura vasca, en el que destacaba la estructura del techo de madera.

Una instalación avanzada para aquellos tiempos, que disponía ademas de andenes o dársenas para diez autobuses.

Se pensó completar las instalaciones del edificio con un hotel, pero finalmente no se llevó a efecto.

Es curioso observar que en una de las paredes del vestíbulo se colocara, en ese año 1950, un mapa con los siete territorios vascos. Los cuatro del Estado Español con bastantes detalles y los pertenecientes a Francia con sus límites dibujados y el espacio coloreado, sin añadir otros datos. Ello a pesar de la censura que estaba “al loro” de los movimientos de los llamados entonces por el Régimen, “rojos y separatistas”.

Así lo vemos en la fotografía del Archivo Municipal, obtenida por José María Parra unos meses después de la inauguración.

En la decoración también había una pintura en la que aparecía una pareja con traje típico vasco.

En el primer piso de esta estación tuvo sus estudios Radio Álava, que comenzó a emitir el 8 de Agosto de 1953, la cual pasó con el tiempo a denominarse La Voz de Álava y finalmente fue integrada en Radio Nacional de España. En la foto antigua del exterior de la estación, se observan en el tejado las dos antenas de que disponía la emisora y su nombre rotulado en la fachada.

De los numerosos periodistas y locutores que pasaron por esta radio, tenemos un especial recuerdo de Jesús Ecenarro, que cubría el área de la información deportiva. Fueron centenares o quizá miles las transmisiones en directo que realizó de los partidos del Deportivo Alavés, desde “esos campos de Dios”, como el decía. En los buenos momentos del equipo y también en los malos, como cuando estuvo en las categorías mas inferiores, en la temporada 1986/87 y tres posteriores, en las que militó en tercera división.

Su deporte favorito era la pelota vasca, principalmente la mano, y por ello en 1992 fue homenajeado por la Federación Alavesa de Pelota, con ocasión de la celebración de un festival de aficionados.

En los años cincuenta solo había otra emisora en la ciudad, Radio Vitoria. Entre ambas acaparaban prácticamente toda la audiencia.

El bar de la estación era muy concurrido, por el tráfico de pasajeros que se generaba. Lo mismo ocurría con el resto de establecimientos hosteleros de la calle Francia que se veían llenos de clientela, sobre todo los jueves. Ese día de mercado, muchos labradores y ganaderos de diversas localidades alavesas y de otros territorios vecinos se daban cita en Vitoria. La mayoría llegaban a la ciudad efectuando el viaje en autobús.

Una de las compañías de autobuses que recaló en esta estación fue “La Unión”, firma que sigue existiendo y continua en el negocio de transporte de viajeros. Fue creada por Miguel Atxa y Martín Intxaurbe en 1923 y tuvo en su comienzo tres autobuses “Saurer” con matricula de Álava, VI-346, VI-366 y VI-406, y otro “Hispano Suiza”, VI-213. Su sede primitivamente estuvo en la calle Fueros nº 7, donde disponía de una taller de reparaciones. Allí se vendían los billetes y se recogían facturaciones y encargos.

En ese mismo año, 1923, comenzó a realizar el trayecto Vitoria-Bilbao y viceversa, con salidas de nuestra ciudad a las 9.00 y 16.30 y salidas desde la capital vizcaína con el mismo horario.

Realizar el viaje costaba dos horas, ya que paraba en numerosas localidades y en la publicidad se indicaba: “El servicio es rápido y seguro entre VITORIA y BILBAO en magníficos automóviles Saurer”.

El precio del billete era de 6 pesetas, pero si se viajaba en “berlina” - primera clase - se pagaba un suplemento de de 1 peseta y en los asientos delanteros había que satisfacer 2 pesetas de recargo.

En las primeras décadas de funcionamiento de la estación de la calle Francia algunas compañías pusieron en funcionamiento bastantes autobuses de dos pisos, para llevar mas viajeros y por tanto hacer mas rentable el negocio. Para acceder a los asientos del piso superior era necesario subir por una escalera exterior, situada en la parte posterior del vehículo, agarrándose con las manos para ascender por ella, con el consiguiente riesgo de caída. Una vez arriba pasar entre numerosos bultos, que ocupaban la “vaca” de la parte trasera y entrar en el habitáculo de los asientos con la cabeza baja, si eras un tipo de cierta altura, pues el espacio no daba para más.

No había problema en el número de pasajeros. En ocasiones determinadas se metían todos los que entrarán, incluso de píe, hasta poder cerrar las puertas.

Uno de estos autobuses lo vemos en la foto del Archivo Municipal, obtenida por Arque en 1957.

Un amigo, estudiante entonces, que estuvo en las fiestas de Otxandio en 1965, me cuenta quería regresar a Vitoria el domingo por la tarde, ya que el lunes tenía que ir a clase. Fue el último que entró en el autobús empujando a los compañeros de viaje. Era imposible cerrar la puerta, dado el gentío que había dentro. El conductor desesperado dijo: esta puerta la cierro yo por c........., que sino no arrancamos” . Con toda su fuerza le atizó un empujón tremendo y efectivamente se cerró. Mi amigo que tenía una parte de la cabeza fuera de la vertical de la puerta, recibió tal golpe que regresó a Vitoria con un buen huevo, que no desapareció en diez días. Eso si, pudo ir a clase, pero con un fuerte dolor de cabeza.

El Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz nos facilita el material fotográfico, para poder llevar a cabo esta sección.

 
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