Cuando Vitoria era una aldea con cuadras y gallinas por las calles
En nuestra sección de fotos antiguas recordamos la ciudad cuando era un pequeño núcelo urbano antes del boom demográfico de los sesenta y setenta
La calle Abrevadero en 1957 / Santiago Arina / Archivo Municipal
Vitoria
Las fotografías del Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz, obtenidas entre 1956 y 1962, nos presentan un aspecto de la ciudad pueblerino, parecido al de una aldea rural. En esos años, en anteriores y en algunos posteriores era normal el tránsito del ganado por algunas calles y el transporte de mercancías se realizaba con relativa normalidad en carros tirados por caballos o mulas.
Había algunas cuadras en las plantas bajas, sobre todo en las vías urbanas de la ladera este de la ciudad, por su cercanía a las plazas o mercados de ganado que históricamente existieron en esa zona. Una de ellas estuvo en la calle del Mercado, actualmente calle La Paz, desde 1867. La siguiente en la calle Francia desde 1895 a 1947 y la posterior ocupó una parte de lo que hoy es el Centro Cívico Iparralde de Reyes Católicos.
En el gráfico que mostramos a continuación vemos en un plano realizado por Dionisio Casañal en 1888, el emplazamiento de la primera, que se situaba donde ahora se encuentra El Corte Inglés. Mostramos en una foto aérea del año 1932, el emplazamiento de la segunda, que se encontraba donde ahora se sitúa el Museo Artium, cuyo espacio ocupó anteriormente la Estación de Autobuses,
En ambos casos resaltamos en amarillo, los mercados citados.
Las últimas cuadras que se pudieron ver estuvieron en la calle El Torno, donde en la foto antigua se ve picotear sobre el asfalto a unas cuantas gallinas, con la dueña atenta a sus movimientos y al fondo aparece una vaca entrando en la cuadra.
Esta vía en uno de sus lados desemboca en la fachada del antiguo Hospicio, donde existió un torno en el cual se recogían los niños/as abandonados/as. De ahí viene el nombre de la calle.
Aunque desconocemos exactamente el modelo del torno existente aquí, si podemos explicar que en muchos casos este artilugio disponía de una pequeña puerta en la fachada, que al abrirla desde la calle nos mostraba un cilindro hueco giratorio, con una abertura de forma rectangular, para introducir al neonato. Se le tumbaba y se le arropaba con una pequeña manta doblada u otra ropa de abrigo allí dispuesta. Al ser depositado sonaba una campanilla y era recogido inmediatamente, normalmente por las monjas, para dedicarle los primeros cuidados.
En la foto antigua de la calle Abrevadero podemos ver una recua de ganado, a cuyo frente va un pastor o tratante y en la que aparece también un camión aparcado, dedicado al transporte de ganado. Entonces no había ningún problema de estacionamiento.
Nos hemos permitido de forma virtual, colocar unas cuantas vacas en la foto actual de la calle. Hoy sería impensable el trafico de animales por las vías urbanas. Algo que era normal entonces, ahora es imposible.
Venancio del Val, en su libro “Calles Vitorianas” publicado en 1979, nos dice que el nombre de esta calle viene dado por “el abrevadero que hasta hace no muchos años hubo en esta calle, destinado a los ganados de las cuadras que se encontraban en sus alrededores. Estaba situado el abrevadero en la pequeña plazuela que se forma entre cada una de las casas que dan a la calle del Torno por una lado y a la de Francia por otro.”
La página del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, en su apartado dedicado a AMVISA, hace referencia a la historia del suministro de agua a la ciudad, señalando que antiguamente los propios habitantes la recogían de los riachuelos, almacenando la proveniente de la lluvia o extrayéndola de pozos construidos al efecto, uno de los cuales encontraron los técnicos municipales en esta calle Abrevadero. Se nos dan detalles de estos pozos: “Son pozos de un diámetro de 10 metros y una profundidad entre los ocho y doce metros, excavados a la perfección en roca. Su finalidad era la de captar agua de los niveles freáticos para los diversos usos domésticos, sin llegar a beber su agua.”
La foto antigua de la calle Francia, nos muestra la misma estampa de circulación ganadera. Los animales circulan entremezclados con los coches y camiones sin ninguna dificultad y sin que ningún peatón se altere.
Ese aspecto de aldea se visualiza también en la fotografía del Archivo Municipal del año 1956, correspondiente a la calle San Ignacio, donde se muestra como se realizaba el transporte de las mieses, en pleno casco urbano.
