Una residencia de ancianos funciona sin licencia desde hace varios años
Podemos denuncia que esta residencia de la red pública de la Comunidad ha sido adjudicada a una empresa de un imputado en la trama Gürtel, José Luis Ulibarri
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Madrid
La residencia de ancianos Peñuela, ubicada en el madrileño distrito de Arganzuela, lleva más de cuatro años funcionando sin licencia de forma supuestamente irregular. Es la denuncia que formula Podemos después de las denuncias de varios familiares, asegurando también que esta residencia adscrita a la red pública ha sido adjudicada a una empresa propiedad de José Luis Ulibarri, un imputado en la investigación de la trama Gürtel en la Audiencia Nacional.
Según explica a la Cadena SER el portavoz de políticas sociales de Podemos, Raúl Camargo, “una vez que hemos ido comprobando los contratos de gestión, nos hemos dado cuenta de que la situación es peor de la que pensábamos: la empresa adjudicataria es propiedad de uno de los personajes que tenía mayor relevancia dentro de la trama Gürtel”.
Fue entonces cuando Podemos se puso en contacto con el Ayuntamiento de Madrid, el encargado de gestionar las licencias, para comprobar si la residencia funcionaba con todos los papeles en regla: “La residencia no tiene licencia de funcionamiento, en 2011 el Ayuntamiento hizo una inspección y llegó a la conclusión de que no podía tener esta licencia, ordenando su clausura y cierre. Un expediente que debió guardarse en un cajón”, asegura Camargo.
Por su parte, los familiares de residentes en este recinto denuncian también que han tramitado varias denuncias ante la Consejería de Asuntos Sociales sin obtener respuesta, y tienen entre sus proyectos organizar una plataforma de afectados y manifestarse en la Asamblea de Madrid el próximo día 5 de octubre, cuando comparece el consejero Carlos Izquierdo.
En declaraciones a la SER, Mari Ángeles, que tiene un familiar en la residencia, asegura que tienen problemas “gordos” con la existencia de cucarachas “en habitaciones y zonas comunes”, denunciando también una pendiente demasiado pronunciada en el acceso al recinto para poder empujar las sillas de ruedas y también la caída de parte del techo “junto a la salida de una habitación”.
