Bilbao regula la conducta de los concejales
El Gobierno entrega a la oposición el Código de Conducta que persigue "generar confianza entre los ciudadanos"
"Es un bien intangible pero fundamental para ganarnos la confianza de los ciudadanos", ha explicado la concejal de Atención Ciudadana y Participación, Gotzone Zaldunbide, al entregar a los grupos de la oposición el documento que recoge el Código de Conducta elaborado por el equipo de Gobierno que, en los próximos días, queda abierto a las sugerencias de los grupos con el objetivo de lograr "el consenso más amplio posible".
Establece un listado de pautas que van desde los principios de conducta o de buen gobierno, compromisos y responsabilidades, tanto del Gobierno como de la oposición, y un apartado específico para los "estándares de conducta" que recoge cuestiones controvertidas como los regalos o los conflictos de intereses. En ambos casos hace una descripción de lo admisible sin entrar al detalle, en el caso de los obsequios, de cuantías. Según este código, los concejales no podrán admitir "regalo o servicio que vaya más allá de los usos habituales, sociales y de cortesía, que sea entregado por razón de su cargo". Si superan esos parámetros establece que pasarán a ser patrimonio municipal y tendrán que ser rechazados directamente si "interfiere en decisiones políticas". En esos mismos términos se regulan las entradas, vales o números de lotería y van a tener que garantizar que en su círculo familiar no se reciban. Tampoco permite "aceptar retribuciones dinerarias o en especie por conferencias, libros, revistas, debates o entrevistas" que tengan que ver con el cargo.
Para redactar el texto se han tomado como referencia otros documentos como el de Eudel. Entre las novedades está que no se ciñe solo a los representantes políticos e incluye a los titulares de órganos directivos municipales y los titulares de contratos de alta dirección para los entes instrumentales.
Una comisión ética será la encargada de supervisar el cumplimiento de estas reglas que recogen el cese o renuncia del cargo ante las irregularidades más graves y, como novedad, permite el "apercibimiento" ante casos menores y en el lado contrario, contempla poner los hechos en conocimiento de la Fiscalía.