Miguel Rellán: “A mí me gustáis los seres humanos”
En Novecento, Miguel Rellán se enfunda el traje de un trompetista que lo ha perdido todo; todo menos una historia que contar
Alicante
Es alto, y muy largo, más que un día sin pan. Tiene el porte del maestro; la humildad del aprendiz; la conversación que da la sabiduría y el tono de voz de quien todavía tiene muchas ganas de aprender. La grandeza del artista.
En Novecento (El pianista del océano), Miguel Rellán se enfunda el traje de un trompetista de jazz que lo ha perdido todo; todo menos una historia que contar, una historia «maravillosa, bellísima», la de su amigo Novecento:
Sobre la tapa del piano de cola de uno de esos trasatlánticos «en los que se mezclaban ricachones, golfos, emigrantes y turistas», aparece una caja de cartón con un recién nacido. 'Adoptado' por la tripulación, «como si fuera una premonición, el puñetero niño aprende a tocar el piano de una manera prodigiosa».
Años 30 del siglo XX; Danny Boodman T.D. Lemon, Novecento, nunca había salido de aquel enorme buque que cubría la ruta Europa-América. El mejor amigo del trompetista, el mejor pianista de todos los tiempos, no existía para el mundo. Sin patria, ni familia, ni fecha de nacimiento. Nada. Hasta que un día decidió bajar a tierra.
A pesar del infinito vértigo, una vez más como desde hace un año, el trompetista se enfrenta solo al público en el Teatro del Mediterráneo de Alicante; arropado por lo único que tiene, por su historia, «va, la cuenta y se va; se terminó». Miguel Rellán, como el trompetista, es solo un ser humano que quiere contar una historia.
Esta ha sido nuestra conversación con Miguel Rellán. Escúchala de nuevo:
Hoy por Hoy Alicante | Miguel Rellán | Novecento (El pianista del océano)
22:15
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