Cuevas de las Calaveras y del Rull en la Marina Alta

Valencia

En tierras de la comarca alicantina de la Marina Alta, no muy lejos del Mediterráneo,  se encuentran dos interesantes cuevas que se pueden visitar en un atractivo recorrido: la cueva de las Calaveras en Benidoleig y la cueva del Rull en la Vall d’Ebo.

POR ANTONIO MARTÍN

A Benidoleig se puede acceder desde la autopista AP-7 entre Valencia y Alicante, tomando la salida de Ondara en dirección hasta Orba o también desde Pedreguer. Es un pequeño municipio agrícola con un entorno paisajístico rodeado de cultivos de naranjos y en su núcleo urbano se pueden encontrar edificios de interés arquitectónico como la casa señorial del barón de Finestrat o la iglesia parroquial de la Sangre de Cristo.

Pero su enclave turístico principal es La Cueva de las Calaveras, situada en la carretera CV-733, que llega desde Pedreguer, sobre el margen derecho del cauce del río Girona. Esta cavidad, cuyo nombre cuentan que viene de una historia mezclada de leyenda sobre los restos de unos árabes allí encontrados, estuvo habitada entre el Paleolítico Medio y Superior hace más de 100.000 años, incluso albergó enterramientos neolíticos y fue santuario íbero. En un recorrido de unos 400 metros se pueden apreciar estalactitas, estalagmitas y impresionantes cúpulas de más de 20 metros de altura y su tramo final conduce a un lago llamado Toll Blau, que en época árabe se intentó aprovechar para riego agrícola.

Hacía el este, siguiendo hasta Orba, tomando la carretera CV-715 que lleva a Pego y desde allí la CV-712, se llega a la Vall d’Ebo. Este pequeño municipio también de tradición agrícola tiene un entorno natural más agreste, destacando el conocido Barranc de l’Infern, que permite distintas posibilidades para la práctica del turismo activo. Un recorrido por la población nos permitirá ver su barroca iglesia parroquial de San Miguel y el Museo Etnológico y Centro de Interpretación del Arte Rupestre, pero el atractivo destacado es la visita a La Cueva del Rull. La cavidad turística fue encontrada de manera casual por un vecino (el tío Rull) y su perro y sigue su formación continuada de millones de años.

Con un recorrido circular de más de 200 metros, un desnivel de 19 metros, en una gran galería de más de 2.000 metros cuadrados atravesada por pasillos se pueden admirar, desde diferentes perspectivas, volúmenes y formaciones subterráneas caprichosas con forma de estalactitas, estalagmitas y columnas.

 GASTRONOMÍA

La gastronomía de la Marina Alta es rica en productos del mar y de la huerta. Se pueden mencionar, en esta zona, entrantes que se pueden probar por ejemplo en Benidoleig como albóndigas, bull amb ceba, capellans torrats, faves bollides, pulpo en salsa, sangueta amb ceba o gamba amb bleda. Las cocas con verdura, tomate o atún son tradicionales en toda la comarca, al igual que embutidos y sobrasada. El Putxero o arroces secos y caldosos marineros o con carne y verdura son otras especialidades. Vino de Xaló, pastissets y buyols de postre combinados con místelas o moscateles de la Marina Alta suponen el colofón a una gastronomía diversa y enriquecida con muchas aportaciones.