Ruta de la Peña Cortada entre Calles y Chelva

Valencia

Entre los municipios de Calles y Chelva, en el interior de la provincia de Valencia, en plena comarca de los Serranos, existe una atractiva ruta natural que atesora un destacado legado arquitectónico del tiempo de los romanos.

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POR ANTONIO MARTÍN

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Esta ruta toma el sendero de pequeño recorrido PRV-92, también conocido como la ruta del acueducto de Peña Cortada, declarado Bien de Interés Cultural. Se trata de un sendero de dificultad media, de unos 12 kilómetros de recorrido en su totalidad, que se pueden hacer en unas cuatro horas, y que atraviesa campos e impresionantes parajes naturales entre Calles y Chelva.

Comenzando la ruta por el municipio de Calles, pasando por la ermita de Santa Quiteria, el camino asciende hacia el monte de la Rambla de Alcotas por un recorrido señalizado y con pasarelas de madera, con la posibilidad de desviarse hacía una cima donde se encuentran los restos de la construcción árabe de Torre Castro.

El paisaje se va volviendo agreste hasta culminar en el espectacular acueducto romano de Peña Cortada, tras atravesar las galerías talladas en la roca y con ventanas, una obra de ingeniería romana excepcional, con un corte vertical en la roca a cielo abierto que dio nombre al trazado.

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El acueducto romano era uno de los tres más destacados de la Península Ibérica con su trazado de cerca de 28 kilómetros, comienza en el azud del río de donde se cogía el agua para regar la rica zona agrícola explotada de Chelva, Calles y Domeño. En su tramo más complicado, para salvar el barranco de la cueva del Gato, se levantó un acueducto de 36 metros de longitud y una altura de 33 metros. Está formado por tres arcos sobre pilares escalonados, cimentados directamente sobre la roca viva del cauce del barranco y construido con bloques de piedra cortados minuciosamente a escuadra, según la técnica romana del opus quadratum.

Tras atravesar el acueducto el sendero baja hasta un área recreativa desde donde se puede tomar un camino por el lecho del barranco que lleva a la base del acueducto romano. Si se continúa hasta Chelva por un terreno ya más suave, aparecen a pocos metros los restos desmoronados de otro acueducto romano del que se conservan dos potentes pilares y un arco, más adelante en una cima se levanta La Torrecilla, una antigua torre vigía y más tarde bastión carlista en el entorno de un yacimiento arqueológico íbero.

Aprovechando el recorrido se pueden visitar las poblaciones de Calles con sus angostas y blancas calles, el paso del río Turia con áreas recreativas naturales, o el enoturismo en la bodega Vegamar, y Chelva, con su imponente iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, declarada BIC y sus cuatro barrios históricos (judío, cristiano árabe y morisco) con las huertas históricas junto al río Chelva, con la ruta del agua como un paseo ideal para excursiones familiares.

 GASTRONOMÍA

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Disfrutar de la gastronomía serrana es posible en Calles con su “ollica”, además de la Sémola de harina y guijas, las Gachas tostadas de trigo, las alubias, los cardos con vinagre y el embutido casero, combinados con los vinos locales de las bodegas Vegamar. De postre hay que probar dulces típicos como mariquitas, malhechos y rollicos de cazalla. En Chelva no hay que marcharse sin degustar el “pucherico espeso” los gazpachos y el aceite de sus campos, y entre la repostería artesanal, los rollos de aguardiente, tortas de cerdo y de almendra o el “pan quemao”.