El Ayuntamiento impedirá abrir más bares en una veintena de calles del Casco Viejo

El Casco Viejo se somete a una profunda reflexión después de constatar la "saturación" -reconocida por parte del propio equipo de gobierno- de establecimientos de hostelería. Tras meses de trabajo conjunto entre los responsables del área de Planificación Urbana con comerciantes, hosteleros y vecinos, se ha elaborado un borrador que servirá de base para actualizar el Plan Especial de Rehabilitación (PER) que tiene como objetivo lograr un equilibrio entre los usos comerciales.

Junto con Surbisa se ha elaborado un pormenorizado estudio que colorea sobre el plano las calles en función de las actividades predominantes en cada una y fija también un nivel de densidad de las mismas. Se trata de poner blanco sobre negro en qué calles existe una concentración de bares que podría afectar negativamente al comercio, uno de los iconos de las Siete Calles.

Como resultado se han indicado una veintena de calles que "han agotado su capacidad de acogida de bares y en consecuencia, no podrán admitir la apertura de nuevos", con la excepción de los que no tienen permitida la venta de alcohol, restaurantes sin barra y txokos. El listado incluye las siguientes calles: Ribera, la calle Nueva, Jardines, Santamaría, Merced, Pelota, Perro, La torre, Barrenkale y Barrenkale Barrena, Ronda, Somera, María Muñoz, Iturribide y Prim, Esperanza, Sendeja, y la plaza Ernesto Erkoreka. Tampoco admiten más la plaza Nueva y la plaza Unamuno.

Con la intención de aliviar estos espacios, la nueva regulación que se aprobará, previsiblemente, antes del verano, permitirá el traslado de actividades de hostelería de estas calles a otras, siempre y cuando se renuncie antes a las licencias.

El documento recoge, además, tres ejes comerciales:Askao-Artekale, Correo-Tendería y Bidebarrieta-Carnicería Vieja. En esas zonas, la nueva normativa urbanística limitará la apertura de nuevos locales de hostelería.