Día de cambio de carteras

Barcelona

El gobierno Puigdemont ya ha echado a andar entre delaraciones de buenas intenciones y también suspicacias. Por ejemplo, las del nuevo vicepresidente económico , Oriol Junqueras, que asume que el Ministerio de Hacienda "se lo pondrá tan difícil como pueda" a la Generalitat, pero ha confiado en que el Govern tendrá "el máximo apoyo posible, especialmente de la CUP" para los Presupuestos.

Otros, como el nuevo responsable de Teritorio, Josep Rull, ha advertido que piensa ser todo un "incordio" para Madrid en el tema de la red de Cercanías de Barcelona. Un asunto en el que su predecesor, Santi Vila, ha entonado el "mea culpa", reconociendo que no ha conseguido "que funcionaran mejor".  Vila, que pasa a Cultura, tiene claro que su nuevo departamento "estará muy limitado económicamente" en los próximos dos años.

Muy dispuesto al diálogo se ha mostrado otro de los hombres fuertes del ejecutivo, el flamente titular de la nueva cartera de Exteriores, Raül Romeva: "Nosotros no hemos buscado nunca polémicas y no las buscaremos. Queremos hacerlo, hacerlo bien y hacerlo como siempre hemos dicho: con diálogo constante y permanente con todos los actores, sean del Estado, de la UE o del resto del mundo"

Al preguntársele si tiene previsto llamar al ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, ha respondido: "Llamaremos a quien haga falta, incluido al ministro de Asuntos Exteriores de España".

Dentro de los nuevos consejeros también hay quien no dice ni pío. Es el caso del nuevo titular de Salud, el exsocialista Toni Comín, que ha aceptado foto pero no ha hecho declaraciones.