Despedido por "conducta peligrosa"
La adicción al alcohol de este butanero lo llevó a perder su trabajo, y no solo porque afectaba de forma negativa a la imagen de la empresa

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Murcia
El TSJ ha confirmado la sentencia de un Juzgado de Cartagena que declaró procedente el despido de un repartidor de butano porque su adicción al alcohol suponía un peligro y afectaba de forma negativa a la imagen de la empresa.
La sentencia desestima el recurso que presentó el trabajador contra la resolución judicial y solo le reconoció el derecho a percibir 96 euros correspondientes a la parte proporcional de la paga de un mes, pues desde 2012 tenía un contrato como autónomo económicamente dependiente de la empresa.
En 2014 la empresa procedió al despido de este trabajador, donde se le comunicaba, a través de una carta, que esta medida se debía a que tenía a su cargo otro trabajador que llevaba un uniforme de Repsol Butano, absolutamente ajeno a la empresa, "y que realiza las funciones propias de repartidor de butano".
Además, atribuía al despedido "un hábito intenso de consumo de bebidas alcohólicas durante la prestación del servicio, generando un grave riesgo para la seguridad vial habida cuenta de los servicios: transporte de mercancías peligrosas".
La Sala de lo Social, al desestimar el recurso del afectado, expone que los hechos probadosjustifican el despido, "pues no se trata de una falta aislada y otras prescritas, sino de la habitualidad en una conducta peligrosa y que desprestigia a la empresa y en que otra persona porta el uniforme de esta sin su conocimiento".
Para el TSJ, no existe duda alguna de que esos hechos constituyen una trasgresión de la buena fe contractual prevista en el Estatuto de los Trabajadores.




