Alves y Cancelo minimizan la incapacidad de Neville

Valencia

Que el Valencia gane un partido después de doce seguidos sin hacerlo es sin duda una buena noticia, pero para mí tiene una parte muy negativa: Gary Neville va a seguir siendo el entrenador. Probablemente lo iba a seguir siendo si el Valencia hubiese perdido, porque el Director Deportivo actual, que ya se lo habría cargado, tiene hacia Peter Lim la misma fuerza que tenía el anterior, o sea, ninguna, y la comida de cabeza que le debe hacer en cada llamada telefónica el inglés al singapurense debe ser fina.

Hoy ha habido varias cosas que no hay por dónde cogerlas. Lo de la defensa en las jugadas a balón parado es imposible hacerlo peor. Si lo intentas hacer adrede, no sale tan mal como durante el partido. Cada córner a favor del Espanyol era un balón colgado para que lo rematara un jugador suyo. Incluso ha habido una jugada en la que han entrado tres rivales solos en el segundo palo. Es verdad que Diego Alves se come el gol porque se le adelanta Duarte, que todo sea dicho, entraba también completamente solo, pero si no es por Alves el partido se vuelve a palmar porque el portero brasileño ha sacado cuatro o cinco balones de gol debajo de su portería.

Y luego está lo de Cancelo. Neville lo ha tenido amargado toda la primera parte. Ha llegado un momento en el que el chaval, que es más bueno que un trozo de pan, le ha hecho un gesto al entrenador como diciendo "déjame en paz, vete por ahí", porque lo tenía cansado de tanta indicación y corrección. Yo creo que después de ese gesto Neville no lo ha cambiado y sacado a Barragán porque ya había agotado un cambio por la lesión de Abdennour. Y empieza la segunda parte. Cancelo se aleja del banquillo para jugar en el otro costado, deja de darle la tostada su entrenador y el portugués cambia el partido. Se marca dos o tres arrancadas de las que casi nadie sabe hacer y casi nadie puede parar y bate de esta forma las líneas aculadas del Espanyol para ofrecer algo diferente a lo que ofrecían los demás y ser clave en la remontada. 

Ojalá la victoria sirva para que los jugadores se quiten de encima esa presión tan agobiante que tenían durante las últimas semanas y empiecen a jugar como saben, porque esta plantilla es muy superior a las de todos sus rivales directos en la parte medio-baja de la clasificación, y aunque tengan un comentarista de televisión en el banquillo, jugando sin entrenador les da de sobra para no pasar apuros a final de temporada.