"La Gallina...mátame, mátame"

Bilbao

La segunda sesión del juicio dió comienzo con el testimonio de dos de los tres hermanos de la víctima. Su hermana Begoña insistía en que la relación entre Koldo y su marido era complicada, que su marido le presionaba mucho, pero que él "quería muchísimo a Koldo", aunque sufría con esa relación.

Su hermano Iñigo lo corroboraba. Eso y que no tomaba pastillas "porque le gustaba la medicina natural". Insistían ambos en que solo tomaba pastillas para el colesterol y un protector de estómago. Todo a raíz de que días antes de su muerte insistió a sus hermanos y amigos en que "se dormía por las esquinas" y "no se encontraba bien", aunque "lo achacó a unas pechugas que había comprado Jon en mal estado". Unos "mareos" que certificaron cierta cantidad de orfidal en sangre. Una de las amigas de la pareja también corroboraba que no tomaba esa medicación, que ella le llegó a ofrecer en un momento dado esas pastillas, que sí tomaba el acusado con normalidad, y que Koldo le dijo claramente: "Yo no tomo nunca un orfidal". Esa amiga ha relatado ante el Jurado, también, que, cuando llegó, avisada por otras amistades, al domicilio de la pareja alertada de que algo pasaba y se enteró de lo sucedido, estuvo en el coche patrulla con Jon Ezkurdia. Mantiene que sabía perfectamente dónde estaba y que insistía en balbucear sobre su local, La Gallina ciega, demandándole que le matara.

La segunda jornada abordó también la situación económica de Jon Ezkurdia, a través del testimonio del dueño del local. No confirmó que Jon Ezkurdia debiera dinero a sus proveedores, pero sí que a él le debía "6 o 7 meses de alquiler", que no tenía luz y que debía varios recibos de agua.