Categorías inferiores | 01-03-2016

Bilbao

Ángel Gandara, alias Chopi, amante del juego de Laudrup, ex de Salamanca, Lemona, Osasuna B, Orihuela y Guijuelo, triunfa llevando la manija de un Arenas que se coloca a rebufo de la zona noble en el Grupo 2º de Segunda B. Junto a él se pasó por Radio Bilbao Jon Iriondo, nieto del mítico ex león Rafa Iriondo, que salió de la cantera del Athletic y del Danok, que ha militado en Tercera División y se recupera de una latosa lesión.

Jon pasó por los Alevines e Infantiles del Athletic, ganó y marcó tres goles en el famoso Torneo de Brunete junto a la Generación del 86, con los Dañobeitia, Bergara, Lekue, Castillo, y Gorroño bajo la batuta de Kike Liñero. Jugó después en Danok Bat, Sondika, Zamudio, Bermeo y Gernika Sporting hasta que una lesión de sesamoideos le orillara eventualmente. Su abuelo, fallecido la semana pasada, se sentía hasta hace poco perfectamente, aunque con los achaques propios de sus 97 años: “Ha sido un golpe duro, pero ha vivido bien, se ha cuidado mucho, hacía deporte todas las mañanas”, recuerda orgulloso Jon, al que siempre iba a ver cuando jugaba en las inferiores y en el Zamudio.

Piensa “valorar” opciones para volver a pisar el césped. La lesión en los huesos del pie le ha laminado. Extremo derecho de calidad, “mi aitite quería jugar de delantero centro y jugó en banda, yo de mediapunta y a banda”, protesta Jon. Inevitablemente se le comparó con su abuelo, como con sus primos Adei Macías, que milita en el Iurretako tras su paso por Gernika y Bermeo, donde llegó a coincidir con Jon, y el juvenil del Nacional del Danok Gorka Agirrezabala. “Te piden siempre más. Saben quién eres y de dónde vienes y piensan que puedes dar más. Se empeñaba en la velocidad y en aprovechar las ocasiones”, desvela. Le gusta mucho el corte de futbolistas del calibre de “Zidane e Iniesta, ese tipo de jugadores técnicos y encima mediapunta”, desliza.

Este pasado fin de semana, el filial del Real Madrid hincó la rodilla en Gobela, quebrando una racha de 7 partidos ganados: “Tuvimos más intensidad que ellos y nos adaptamos mejor”, recuerda Chopi de su partido del sábado (2-1) bajo un aguacero. A un punto del playoff, que cierra el Toledo, el Arenas se permite la licencia de poder soñar, reconoce Chopi: “Sí, ya que te encuentras en la pomada, peleas por ello. Es bonito luchar ahí arriba. Al principio de año era un sueño salvarnos y hacerlo con tanto tiempo de antelación es para estar orgullosos”.

Sostiene, sin embargo, que no van de tapados, que si miras la hoja de servicios, “jugador por jugador”, de la plantilla que pilota Jon Pérez Bolo “no sorprende tanto”. Aunque, apostilla, compiten “ante plantillas potentes y con mucho dinero”. El vestuario arenero, concreta, se encuentra “muy tranquilo”. Augura, además, que este mes se miden a rivales directos y que su desarrollo “va a dictaminar dónde se va a acabar el año”. Entiende que subir a Primera “es una utopía”, ahora se centran en “quedar lo más arriba posible”.